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...
,
.
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B. 8KBZ GALD6s ."
-
de Dios, considera bien lo que dicesl-excla-
mó '
SQ
Ilustrlshna lleno de
tribulación~
J
-:-Tío, tío,
mJo,
si piel'dó el amor de usted–
dijo Gloria derramando
lágrimas,~me . parece·
1
_
rA
que estoy:
ya
condenada.
~
.
-
)
.
. -y
lo perderás,
lo. perd~~áB,
lo
perderás~.
~
do-áfirmó D.
Angel, cada vez más severo.- .
.
/ ,
-
r
, \ Esto no puede 'quedar asl. ¿Me autorizas' parA
hablar
á
tu
padre? .
'. .
-
. -Ya
he dicho
qué si.
~P':leB
vamos á casa, . dijo
'el
Prelado le....
vantándose .
No
ha~laron
más . Por
~l .camino
·D.
Angel
.pensó
que
los ej,ercici9s de piedad, corobinados
con un saludable sistema. de paciencia
y
de
exhortaciones delicadas, cual convenían
á. la
delicadísima
alma
de Gloria, cierta reclusión
y
un comercio muy frecuente con' las cosas
santas,
cur~rían
aquella lepra que
había
to.–
cado el privilegiado espíritu .de,su sobrina.
J
Esta,
andando hacia
la
casa, absorta, pen-
sativa, triste, oía zumbar en su .oído
la
funesta
voz
que há t iempo, en sus desvelos
y
en
s~
meditaciones, le decía:
cReb~late ,
rebélate.
Tu
inteligencia
~s
su–
perior. Levántate, alza la fren te, limpia tUI
OJOS
de ese
polvo que los cubre,
y
mira cara
á
cara el sol de la verdad. •
-