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B. PÉREZ GALDÓS
nuyó con los desvaríos ,de ella, antes se mez–
claba
~e
cierta compasión cariñ.osa. Aquel va–
rón insigne, que todo quería resolverlo con su
bondad angelicaJ, dejábalo todo" no ob.stante,
sin resólución; ejemplo 'qQe muy
á
menudo
se
<
repite' en eL mundo. Quiso convertir 'un here- '
je,
y
su santo empetlo n'o dió , fruto. Intentó ,
,
~ ~
, también desviar el ' noble espíritu de Gloria de ,
un vulgar error, y su victoria no
fu
é
más que
aparente. La buena voluntad del Prelado de–
rramaba su luz; pero la herejía
y
el error iban
sin inmutarse derechos á realizar el
fin
que
un~
; ley inflexible les ha1;>ía marcado.,
Cuando los hechos toman una dirección de–
t erminada, es inútil querer desviarlos de ella.
Así, en esta ,ocasión , hallamos qua, á pesar de
la aparente
serenid~d
que han tomado las co-
,
,
I
sas, la tempestad está s610 contenida, mas no
aplacada,
y
la corrien te oculta bajo el hielo
saldrá fuera
y
marchará por donde tenía tra-
zado su camino.
/
Ved de qué singular manera se anudan los
sucesos, cómo los pequefios incidentes traen
los grandes, yae qué suerte se establece el na–
tural
y
lógico encadenamiento de las cosas. El
conflicto de Ficóbr iga ño estaba más que sus–
pendido; había tomado un respiro para estallar
con más
fuer~a,
al modo que el colérico detie-