GLORIA
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•
, nela voz
y
el brazo antes de descargar el golpe.
Aquella pausa enterame'nte ilusoria
¡~ra,
bien
puede decirse así, como el intervalo aparente
entre el relámpago y el trueI?o
(á
causa de la
diversa rapidez del sonido
y.
la luz), siendo en
realidad simultáneos.
Hemos 'visto ya el relámpago. Pues irremi–
i
siblemente sonará el trueno. Dijimos que
108
acontecimientos traían .marcado su curso fatal.
.
"
.
•
¿Llamaremos
á
esto
fa~'alidad
ó lógica? Ello es
difícil de decidir. Oorría, pues, la lógica sin.
que la bondad de los buenos ni la perversidad
-,
de lQs
perverso~
pudiera detenerla.
,
-
,j,
I
,