24'
B.
PÉRBZ
GALD69
guro,-d·ijo Gloria• . inclinando con humildad
la frente.
~
~ITe
convenceremosl•..
'y
lo
dice~
como
·si
.
fu~ra
tarea larga••. ¿De modo que
t~
encasti·
llas en tu error,
.y
te. cercas
de
la
murallu
de
una
terq~edad
y reincidencia más abomi–
nable·s que el error mismo? .•
Gloria~
Gloria,
I
.•
hija mía, por Dios, ·vuelve en
tí.
Mira que no
puedo absolverte si no desechas esos pensa–
mientos, si no los arrojas con espat:lto
:d~
.
tí,
como arrojarías
un
animal inmundo que
,te
mordiese.
. .
-~o
·hay mayor tormento para mí-decla–
ró
la sefíorita de Lantigua,-que estar separa·
. da de usted y de mi padre por cosa tan peque–
na, tan vana como es un pensamiento que
ti.
cualquier hora puede mudarse. Pero si .
ahora _
le d.ijese
á
~ usted:
«tío,
ya
he desechado
el .
monstruo asqueroso, ya estoy
limpia de
erro–
~es, »
hablaría con
la
boca y no con el corazón,
porque esas ideas·que he dicho no ee van de
mi cabeza con
s610
decirles
vete.
Están tan
arraigadas, que no puedo echarlas fuera.
In–
voco mi fe en Jesucris to, á quien adoro,
y
mi
fe en Jesucristo no me dice nada contra ellas.
-¡Chiquilla, por Dios, por la Virgen-
Ma–
na...
1
-¿No seria peor que el error
mismo
llegarlo