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GLORIA. "'_
243
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y~
según mi
~ntender,
discur'l'ía acertad'amente
, sobre ellas. Me parecía que mis .argumentos
~o
tenían r,éplic3,
y
me vanagloriaba de
ellos, , .–
. '-pronunciándolos en D?is diálogos obscuros
con.
.
.
mlgo '-mIsma. ,
,
. " -Has
dicho «desde
que
le conocí. _ Luego _)
~
'él, -
en
ciE~i'to
mopo, es
respons~ble
... ,
~
-No: no, quei'ido
tío:
yo, yo solá.
Si
he
de
,
,
habla-r
á
usted con entera
lealtad ; _mostrándol~
I
mi alma hasta lo más hondo, aun antes de eo-
.
.
-
-
~
nocerle pensaba yo
en
estas tristes cosas, si
bien
no
daba forma clara
á '
mis pensamientos.
El
trato de Daniel parece' que encendió en
mi
esp,iritu mil luces, y
á
su claridad, empecé
á
ver diferentes temas de religión y de
las dis–
putas
de los hombres sobre
ella,
,así como de
la grande,za
y
lejanos linderos del reino de Je·
sucristo,
á
quien
yo'
veía Setlor de todas las
gentes, de todos los buenos, de todos los "lim–
pios de corazó.u.
~
D. Ange'! frunció el
cefío.
e
Veo-dijo con cierta severidad,
-que
tu
llaga
~rece,
crece que es un primor. ¡Ohl ¡cuan–
do tu padre sepa estol •..
¡El,
que sº bresale por
sus estudios ortodoxos
y
la claridad con que
ha saoido
d~slindar
la verdad del error en las
abominables luchas de la época presentel... .
. ---Mi padl'e
y
usted me
C911yeuceráu
de se-
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