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B. PEREZ GALDOS
tu cruz
y
.sígueme., Todo en derredor suyo res·
piraba paz y el dulce reposo de los campos.
Vol vian los bueyes de
l~s
praderas
y
del. trae
,bajo, lentos, paso
á
paso,
cabec~
~ñ.docon las . .
pesadas
te~tas
y
sus no.bles semblantes llenos
de gravedad. Las
muj~reB
de la aldea iban en
opuesto sentido, llevando sobre la cabeza lar–
gos panes de más de media .vara,
y
los pesca·
dores ponían
á
secar sobre €l altozano de la
Abadía las húmedas
red.es, en cuyap. mallas
brillaban ·aún como limaduras
de.pIstl\
las es–
eamas de las sardinas.
.
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Todo esto lo vió Gloria, y todo se
v~tía
de
aquel fúnebre luto
de
su ·alma.
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