Ha una e cena de e
ta
hi to ria que me parece e
la má
conmovedo ra d e lo último
ti empo . La eño ra Páuca r me
c ntó una vez en mi programa d
televi ió n que, cuando na ía
su hijo en Año Nuevo, mientras ella daba a luz sola, la gente
celebraba la fiesta y po r no tener a nadie quien la abrace, tuvo
un hij o a qui e n abrazar. La
1 d ad d
la muj er peru an a
ignifi ca, d e al gun a ma n e ra , compl ejos p ico lóg icos e
inte lectu ale
como el d e la fi gu ra pate rna. As í h a n
id o
relati izada p r e ta cultura, por ejemplo, la figu ra d e padre
o rno elemen to fundamental pa ra con titu ir una fa milia, en
el fo ndo la fa milia tradicio nal q ue todo conocemos, y q ue
quizá todos añoramo . Habría que preguntar e si la fa milia tal
como la conocemo es una e pecie de proce o de exti nción.
Este paradigma tradicional es roto, también, p r esta liberación
de la mujer a partir del proce o de migración y el pro e o de
economía de ubsistencia.
La
mujer e da cuenta de que puede
hacer algo má que implemente esperar al marido que llegue del
hipotético trabajo en una fáb rica, con una h ipotética estabilidad
laboral, para llenarse de hijo .
Este e otro de lo
fenómeno que hemo vi to,
ha q ue
reco noce r tambi én q u e la ve r ión ch o la d e la libe ración
fe menina re ulta bastan te más pacífica.
o digo que haya
concluido ni mucho meno , pero re ulca mucho má pacífica
y ci ilizad a que las que hay en otro paí e d América Lati na
y del mundo. Todavía en otro paí e hay mujeres en condición
de e clava , y no d iao qu en el Perú e
no o u rra, pero lo
que í d iao e q ue con este proce o de liberación a partir de la
ch o li ficació n fe men ina e abre un panorama tota lmente
d i tinto.
Escena VII. ¿Identidad nacional chola?
Po r mucho tiempo lo
intelectuale en el Perú, de izquierda,
d e de rec h a y d e centro, académicos y no acadé m ico ,
debatieron, se angustiaron y s
psicosearon
con el famo o tema
de la identidad nacional.
La
pregunta ¿qué orno lo peruano ?
pon ía en estrés a lo criollos de la época de la Emancipación.
La
palab ra e tré no exi tía en e e tiempo, pero
í
el e trés.
Va rios h istoriadores no cuentan el drama de ser e pañol,
ind ígena, me tizo, crio ll o. ¿Qué soy? E e qué oy no ha
afectado a todo de una forma u otra, y e to ha tenido
man ife racione en la po lítica. Por ejemplo, e o eno rmes
deba te
obre ¿qué e el Pe rú? ¿ n paí co lonial o u n pa í
cap itali ta? ¿Un país olonial o neocolonia l?
iempre el e r,
lueg
¿qué so mos n o otro ?
¡
orno me tizo , c rio ll os,
occidentale
tras ladados al trópico?
i
iquiera e o podemo
ser
bien.
Todo e te debate,
iempre inconclu o, no ha lle ado a
gra e problemas. Empieza a er re uelto de manera también
an tie tética, para mucho de no otro quizá a partir de la
adaptabi lidad de la cu ltura andina, a través del fenóm no de
V ISIONES DE
U.
MODERNIDAD DESDE LO CHOLO
LIDERAZGO YORGANIZACIONES
DE
PERUANOS
EN
EL EXTERIOR
Teófilo Altamirano
Son predominantemente
cuali tativos
porque se refieren a los
condicionantes
culturales que
están
presentes
en
coda
decisión
migracional. Escas causas
también tienen
que
ver con
las imágenes
y mitos presentes
en
la sabiduría popular.
Cada peruano
tiene
una
imagen
más
o
menos definida
de
m
condición
cultural.
En
general, hay
un reconocimiento en
juzgar a los países de
destino como
aquellos donde se puede alcanzar
el
bienestar
personal, familiar y social.
De
igual
manera,
esas imágenes son las que
demuestran
que somos aún
un
país
donde
hay
relativo
bienestar
o
esce
no
existe.
Existen
además los
mitos de
que la
migración
es
sinónimo
de
éxito. Esto tiene
una razón real,
en
particular
en
el
campo
económico,
pero también al mismo
tiempo
es
un
•sueño» porque
en
el campo
sicológico, cultural y racial, casi siempre
hay
un
mayor costo que
un
beneficio. Los
•sueños» europeo,
americano
y última–
mente
japon és,
son construcciones
culturales que cada grupo social produce.
En
la
decisión
migracional las
imágenes y «sueños•
tienen
enorme
influencia.
Por ser
enteramen te
c1wli–
tativos, no
se pueden medir
ni
son tangibles;
ahí radica la dificultad de percibirlos;como
no on
perceptibles,
aparentemente no
se
le da
la
debida
importancia. Esto
se refleja
en
las
propias
investigaciones
donde los
socioeconómico y político aparecen
como
los
determinantes
de
la
migración,
porque
pueden cuancificarse o medirse;
en
cambio,
lo cultural
no
aparece. Lo a1lcural emerge
CHando tratamos
de penetrar
en
los valores
1
de cada
migrante
o
en un
grupo social de
m1grantes.
En
la
sabiduría popular los paí es de
destino
se
caracterizan
por
tener
una
«c1tltura superior•, esto es
un recono–
cimiento tácito
de que somos una •atltura
inferior»
y que para alcanzar la cultura
superior, una aspiración generalizada, hay
que emigrar.
p.
30 .
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