«En este hotel,
cuando veo la lista
de la mesa, había solo
cuatro persona : un
agente de la CIA,
uno de la DEA,
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un asesino a ueldo
y yo. Nadie más))
Parada. Había vario puestos co n grande cocinera , muy
conocidas, adonde íbamo a comer el caldo de gallina. De eso
no tengo fotos, yo iba a comer, pero lo he vivido, e taba n
ll e n eci to . Ese era el rincón. No le temíamo a Lima,
caminábamos como si nada. Teníamo nuestro tranvía que no
lle aba a todo itio. Si vivías en el Callao, Je ús María o Barrios
Altos, tenías el urbanito también. Todo el día, ellos no paraban.
Tú alía a la tres o cuatro de la mañana. En mi ca o, me iba
a la plaza San Martín , tomaba mi tranvía y me bajaba en la
cuadra 18 de la avenida Bra
il,
de ahí caminaba a mi ca a.
Lima, antes de la oleada migratoria, es la Lima que ya no
existe, que a partir del de borde popular, cambia. H a habido
una mezcla bárbara. Siempre ha habido muchos provincianos
que han venido de la costa, del norte o del sur, pero cuando
viene esta o leada de la zona central, Lima se tuguriza, lo cerros
se comienzan a llenar. Los inva ores comienzan a alir. Ahí
aparecen pe r onajes como el «Poncho Negro», un gra n in a or,
que su negocio era hacer invasione . Le decía a la gente:
..Acá
nos metemos», y ponían sus esteras. <<Poncho Negro», el primer
in asor de Lima del cerro San Pedro, es un personaje medio
bíblico.
La
ú ltima ez que lo vi, hace do años, lo sa ludo y le
digo: «Ahí e tá en u casa ¿por qué la e tá vendiendo?». Él,
inva o r de hace varios años, e taba vendiendo su ca a y le dije:
«¿ Para e o invade ?». Por supue to, tenía varia invasione en
varios cerros.
Menos mal que tengo retratado muchos de estos per-
onaje , que on estampas limeña . Tiene tú al charlatán, al
fotógrafo ambulante, a e to invaso re ... , en fin. Tengo una
fotografía muy importante tomada hace muchos años,
caminando frente al Hospital Obrero. Veo que la eñora en
us manos tiene unas llaves, y al co tado e tá cociendo uno
huevo para venderlos. También tenía el aj í al lado, pero al
centro de la mesa hay un hueco donde segu ramente hay un
primus para cocinar en una o lla, donde stá durmiendo una
niña. Este abstracto de imágene me gustó mucho, lo capté, y
creo que queda como un buen documento de problemas
sociale en el futuro .
Y tengo otra de «Peri
O»,
en la plaza an Martín, un sábado.
Yo vi ia ya en la avenida Grau y
el
periódico
La
República
quedaba en la calle Huanca elica. Entonce cruzo la plaza San
Martín, donde este niño alía ca latito. Tomé tres foto , porque
lo chicos que están mirando atrás se acercaron donde él. Yo
fotografío. eguí caminando, y
el
domingo iguiente en el diario
La
República
ale: «El Peri o murió en la plaza an Martín»,
donde él ivía. Se bañaba ahí, dormía ahí, y e metió en uno
de e o hueco de luz en el que había una carga eléctrica y
murió. Este tipo de cosa me pa an a mí iempre. Forografío y
a lo do o tre día ...
La
tamalera , la picaronera o la anticucheras, que eran
morenas, ya no on morena . Hoy te encuentra con que ya no
on morena , que on pai ana de algún lugar de la ierra, como
COLOQUIO LO OiOLO EN EL PERÚ