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29

ha·lla referido por

los

señores

Chomel

y ~Rátier,

para

de.

mostrnr <¡ue

hay

casos de

disenteria

en

qµ~N puede

ser útil

elcalomelano. Mas, vamosátocar

el1>1füt.~ ·

rnÜ1mode

la

cuestion;

y

aunque no será

para nosotros (íosible

proftindi •

.zar

la en las

escasas

pájinas c¡ue

hemos

destinado

á

·este

en1-:myo,

esperamos

decir

fo

bastante,

para

que

otros

mas

instruirlos

y

mas dueños de

su tiempo

se

empeñcn~n

tratarla

con toda

la

este

nsion que

me.rece. Por

parte nuestra esta–

remos

contentos con

et

honor

de háberles

suministrado>la

ocasion de hacerlo.

Nada es mas

dificiJ

que

e8plicar la

utilidad ~.de

la

apJi..

cae

ion de

los estimu

!antes f'Obre

los

tejidos

inflamados.

¿Consistiria acaso Jacondicion orgánica de

los

capilares in–

flamados en un estado de relajacion?

¡,Existiría'

entre la

cir~

culacion

de Jos capilares

y

la del corazon

y

de los grandes

vasos un

cierto

antagonismo de movimiento

y

de fuerza?

iSc

reduciria

la curacion <le toda inflamacion local-con fiebre

á

las dos

indicaciones

de

moderar

la

vis a U:rgo,

y

aumentar

el tono de los vasos pe<¡ueños

?

Estas ideas son

inje–

niosas, mas Ja práctica no las confirma. Y si

110,

¿por

qué

no se establece en prin<'ipio lo que en realidad no es mas

que

una exc.epcion? ¿Por qué no se curan todas Ja

inflama–

ciones locales con estímulos,

y

todas las fiebres

<"On

sangrias?

Otra cuestion con relacion al

mercurio,

es la de

saber

si la resolucion que se obtiene por su medio de algunas in–

flan1aciones, depende

de

la accion que él ejerce sobre las

túnicas interiores de

los pequeños

vasos

donde puede llegar

por medio de la absorcion

(t).

Para

adoptar esta

hipótesis

debia haberse

observado. de un modo

incontestable

la

exis–

tencia del mercurio en los vasos sanguíneos, despues de

ha–

ber sido

aplicado á

los

varios

tejidos.

Los

observadores

no

aon de

ac1rnrdo

sobre este

punto

(t).

Sea

lo

que

'JUe

fuere de

estas teorías,

está fuera de duda

que

algunos estímulos euran

á

veces

algunas

inflamaciones

de un rn-0do

directo. Mas, ¿es

esta

una razon

para afirmal'

(t)

Véase en el Bdimlmrl!.O .Tournal of

medicafo

sciences,

N.

0

6,

april

1827,

una memoria sobre el tratamiento tónica

de

las

in!lmnacio11es

riel Dr.

T('alc.

(t)

¡;~éan.w:

los

aperim.fnlos

ele Cullerier

y

lJeiicrgie,

en un

articulo de medicina legal de este último sobre

tl

mercurio, en.

el

lJiclionn.

de mr.tdec. et chirurg.

practiques

t.

ll,

p.

450.