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hijos de otra tierra;
y
nadie puede apartarse de lo que ellas
mandan á nombre
de la
ley
que ve]a por
todos.
Si
el
regla–
mento
en cuestion
era
injusto
y
dañoso, debia abolirse por
el bien jeneral; si era fundado en razon
y
necesario, no de•
bia
admitirse üxcepcion ninguna.
Por lo
que
hace
á
la polémica
facultativa
que siguió
á
los netos diplomáticos
y
minbteriales que acabamoil de indi·
car, sentimos no poder
deci1·
que haya honrado igualn:aente
á
los
dos contendientes.
¿Qué
elojio podria merecer
el escri–
to de un médico
<JU
e asegura que
el calomelauo hace en el
estómago el mismo efecto de la niet'e,
y
se aposenta tranqui·
lamente en él en. sus estados de mayor irritacion: que con este
remedio se curan las fiebres
y
las jlegmasias en jeneral: que
es el especifico de la d·isenteria como la quina lo es de las in–
termitentes;
y
muchí!'imas otras co:-as de este jaez?
¿Qué
es–
timacion se puede conee<ler al autor de un artículo de me.
dicina que debiendo buscar las pruebns de
Sll8
opiniones en
el raciocinio, en ]as
analo~ias
fisiológil'as,
en
las historias de
Jas enfermedades, en las disecciones-cadavéril'as ven todo lo
que puede suministrar
la eruilieion · médica
que
sea ca–
paz
de
darlas al2un
apoyo, pretende poder
s:ostener
la
para~
doja mas absurda
q1w
se haya
aposentado
jamas en la eaheza
ele
un médico,
solo
con el faror de
alguna
autoridad
muy ran.
cia
y
de
muy
poco
fH~so?
¿Qué prueba puede hallarse de
injenio en la miserable artería con que el mismo autor se
esfuerza
á
alterar estas mismas autoridades hasta el punto
de hacer decir
á
Sydcnam c¡ue el ealomelano
eR
un anties–
pasmódico
y
el
t.aba<~o
un sedativo?
¿Qué viveza
y
talento
se puede reconoce r en un escritor que tiene la sandez de
ITlüfar¡.;c
de la palabra
n:cremenlicia
usada
en una
obra
de
medicina?
Y
por
(J
ltirno, para: terminar de un solo
ra!:';go
una
análisis
tan
fas1idiosa ¿como
pudieran cerrarse los
ojos de
un lector iluf'trado sobre el charlatanismo de un médico, que
clespues de
hnber
sostenido con los argumt1ntos mas empíri–
cos
y
trivialc~
las virtudes de un
panquinwgogo,
acaba com–
¡)ararnlo ln medicina con la astronornía
y
Ja química en Ja
cert1;za de :-us
principios,
y
1.·n
la facilidad de resolver los
prohlcrn:1s
y
ei:;pficar lo:!! frrióm<.:nos que presenta el cuerpo
hunlano?
La
contestacion
de) Dr.
Valde~
al
i11dij.esto
centon del
médico
11
ltramarino; á mas de discutirse en ella la materia
con mucha eruc.licion
y
profundi<lad; tiene
el
mfailo
de ser