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(o. I•ero desde que ellas son tan sabidas
y
nalgarés;
no Fº'"'
drian
escucharse
sin fostid·io.
Uásteme decir, que en la materia de contratos tan tri–
llada
por todos, los
hechos
y
los
docunientos
despicrtanf
.las
ideas
del
derecho
ciplicahles
a los ¡rnntos cuestionados;
.asi
como
en
materia
de hucna
fú ,
la
prohidad
de los
juc~'
ces
es el mejor código para resolverlas.
En el
presente
cnso, el honor nacional,
la
dignidad del
Gobierno
Boliviano,
su
crédito
foterior
y
t?stcrior,
)' la
confianza que debe inspirar en
sus
ultcrioi·cs compromi–
sos,
deben ser el estímulo mas poderoso para que se
11os
1rnga Ja justicia
{fUC
recl:unamos. Porque Sefior,
¡,
ttuién
fiaría
p
en
la
f{~
del Gühierno de
llolivin
~
ni qué
efecto
produciria
en el cslranjcro,
y
mm
en
toda la nacion (si
se
esccplúan
una docena de contrnhandislas ) cualquier pos–
terior contrato sohre el
mismo ndículo, hahiúndosc vio–
lado
e1
primero a pesar <le la
solcrnnidad
con que fué
cclchrado,
y
pré\'ias
tantas
leyes especiales
para cclc–
Jn·nrlo?
Y
qué
rcsultaria de
cslo?
c1ue
no
creyendo
nadie en
posterior
monopolio del
artículo
Quinns, h;ljo de la dircc–
cion de un
naneo
o <le
Sociedades
ya
nacionales,
Jª
parti–
ticularcs,
bajará
éHJUCl
de precio
y
la.
nacion,
el
E'rario
y
los especuladores
sufrirán una
inmensa
quiebra: es decit,.
que los que uos succ(fon,
la
nacion
y
el
E
ron
o,
todos
JlOr
igual serán
victimas
de la infidelidad del Gobierno con
nosotros.
A
este
propósito
dice
Say
.l ) <<que en
rnalcria
de Ha–
cienda, son
tan funestos los efectos
de
la versatilidad
de
Jos Gohicrnos ,
que
sin graves iuconvcnicntcs
no se
puede
pas<rr ni de un mal. sistcnrn a olrn bueno,
y
que aun cuan-·
(1)
Toino
1.
0
púrra fo
1
i
:3.