~...-..\'Cf--
Cón igual
razony·justicia
Dcshltdn
Trm~y
se opo-
ne (\ toda
lransadon
dt~
los ..
rmtlicülares .con
los
gobier–
nos, por
la
moral
cortsidcraúi<m
<nlc
c1uc
hallándose···
la
sodechid entera
lundada s<lh1•u
cohvcníos•
•·•no
es
<posihil~
que kr violncion ··<le la
fé
jurada a
que
son
tan
nspucstos
los
gohicrnos
poco
i!ustrádo;;,
deje
de
ser
··para
/los
••pu
c..;.
blos.unfuncstísirno ejemplo, cuyas
fatales
consccuehcitts
no pueden ser
conrr,1pesétdas
por ·ningun cóniputopc–
éuniario.
»
Al
mismo
propósito, dice SaJ en el cap.
U.
del
lih.
1.
0
'tue en vano declar<1rán
·;las
leyes
que
la
propiedad
es un
sagrado, si el mismo Gobierno la
.:ttac:1;
o la complit.n–
cion d(! il<¡Ueflos l:t
Ct)llslitrty<~
en un
estado
do inccrli–
ilumbrc; ponprn
no
lwi propiedad
dondt1 ella no existe
tle hecho
y
de derecho.
n
A<fam Smith ;3
contlrnHtndo
esfos
V<'rdades
con la
profundidud de sus juicios,
concluye
con lo siguiente:
«En
tirw
palabra,
nada
fioreccdt
en un
Estado
t~n
que
d
Gobierno
no
sea el
primeto
que con su ejemplo inspire
lo
mayor
confianza
<i
los ciudadanos.
>J
¡,Y
Ja .conduela
cprn las
autoridades
provinciales, depar–
ltuncntalcs
y
nacionales
han
obsenado
con nosotros des–
de diciembre de 1847 h:r sido
conforme
con
~su
bmma
fe
tan recomendada a los gobiernos en sus
l1.·ansacioncs,
y
tan
necesaria. al honor
y
prosperidad de los estados'! Los he....
chos respomlcn por
nosotros .
.Aplicandoestas
verdades
a la cucstion <¡uc me
ocupa,
no dudo,
Señor
Ministro,
que concluirá
reconociendo
el
principio que hoi
regla la
política económica·
de
lodos
los
--------------------··-·--·-·----·~----
(t)
Eeonomfo política
cap.
l'2.
1
a)
Riqueza
de
las
naciones
cap.
3,
lib.
o.~