D E AS T R O NO MÍ A_
t
o
5
terrestres ·,.
tendríamos ·que hacer esta proporcíon :
como ei
Fig.
quadrado de
2'
7 , esto es, 7
2
9
es
á
I
3 ,322
5 , quadrado
de
3
6
5 ,
así
2 I
6
o
o o ,
e u
bo de
6
o ,
es
á
un
quarto
tér–
_mino
que sería
3
9
4
6
o
3
5
6
,
cuya
raíz
cübica 3 4
o es–
presaría la distancia del sol
á
la tie_rra en semidiámetros ter-
restres.
Sif1
embargo consta ,
y
lo probaremos á
su
tiempo,
que la distancia del sol á la tierra es por lo menos treinta
veces mayor. Inferamos , pues , que es absurdo el supuesto
I
.de
moverse el sol al rededor de la tierra , una vez que no
concuerda c·on la
ley
·de Keplero (
2
2:
2
)
admitida de
todos los Astrónomos por fundarse en observac,iooes incon–
trastables.
· · 2 2
3'
Sea
S
el
sol ;
ABCD,
la orbira de la
tierra ,
en
J}>\
1a
qual supondremos que este planeta s~ mueve de occiden-
te
á
oriente , esto es , desde
A
en la direccion
BCD.
Si su–
ponemos ·el observador puesto en el centro
S
del sol, quan-
do
ta·
tierra estüviere en
A
,
le
parecerá que corresponde
al punto
A
1
del cielo ; ·quando
la
tierra estuviere en
B
,
le
parecerá que corresponde al punto
B
1
del
cielo. Prosiguien-
do la ·tie-rra
si.1
rumbo hasta
C,
le parecerá al observador que
'CP.tresponde al
puntD
C
1
de la .esfera ; .finalme~te, quando
·estuviere
·en
D
~
creerá que
·está en el
punto
D
1
del
cielo
.estrellado•
. Si en vez de suponer
el
observador en el sol , le colo–
'Camos en la tierra ; quando la tierra esrnviere en el punto
C
de
su orblta , le parecerá que el sol se mueve en el cielo es–
trellado
del mismo modo ,
i
áda
la
misma direccion que
:veía