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DE LA LENGUA

ne en la 'Tarraconense los P ueblos l spalenses;

pero sus letras no son Fenicias ni Punicas,

sino

eltibericas.

i

Samuel Bochar/ ,

que

en punto de fundaciones de Pueblos nada

hai que no atribuya a los Fenices, se aca–

ba de asegurar en que Sevilla tenga este

origen; contentandose con decir

(a)

:

que

Julio Cesar no fue su fundador, sino su res–

tablecedor o instaurador ; y que ya esta

Ciudad era ilustre en tiempo de Anibal ; lo

que

yo

creo muí bien. Juzgo aun mas

con nuestro insigne

Arias Montano

,

que

el nombre de Sevilla es Fenicio , de

;i

1

1!Jill

schephelá

,

que significa :

lugar baxo: llano:

llanura

;

y en este sentido se halla en Ab–

dias

(

b)

º'

n ill7!J

nN

n?!Jil/'11:

vehaschephelá

eth Pelisthím :

esto es :

y la llanura de

,

o

azia los Filisteor.

La raíz es

?!Jil/

schaphál:

demisrus

,

humilis

,

depressus fuit

;

y

en Hi–

phil :

depressit

,

de donde el Español :

cha–

far

,

que no tiene padre en la Lengua La–

tina , ni en la Griega. E l mismo origen

creo que tenga la

voz

:

Sepelácis

,

nombre

de Pueblo en el Reino de Valencia, al qua]

el Itinerario llamado de Antonino pone en–

tre

fido

(segun mis congeturas la Villa de

Cabánes)

y la famosa

Sagunto,

a

24.

millas

de la primera , y a

22.

de la segunda

(e}:

porque justamente aquel sitio es una dila–

tada llanura de mas de seis leguas, cuyo cen–

tro en la imediacion del mar ocupa la anti–

gua Villa de

Burriana

,

de

la qual toda

aquella llanura se llamo en otro tiempo :

la

Plana de B urriana;

bien que hoi la Noble

y

Populosa Villa de CASTELLON, se ha

levantado con el apellido DE LA PLANA.

T engo por

Sepelácis

a Burriana , en cuyas

cercanias al Poniente, en el sitio llamado

la

Regenta ,

me aseguran hallarse aun hoi urnas

y

sepulcros antiguos ;

y

que no ha tanto que

se hallaron algunas piezas de

M osayco.

Bol–

viendo a mi

0

proposito.

Para acomodar a Sevilla la inscripcion

de la moneda de que se trata , es menester

desquiciar el Alfabeto Fenicio : porque la

3.ª letra ni es , ni puede ser

:i

Beth

,

como

quiere

M . Barthelemy.

La

:i

Beth

tiene el

ojo mayor , y redondo; y la linea que baxa

es corva a manera de un

nueve

de guarismo,

como se vera en las monedas de

Adra

;

o

quebrada a este modo

9 ,

segun esta en

la inscripcion Fenicia de M alta en una

y

otra forma. Ni

M . Barthelemy

ha tomado

en otra parte esta letra, sino por

1

D aleth,

o por ;

R esch

,

como se vee en la misma

inscripcion de Malta

y

en la de Cizio ;

y

por tal se toma , y jamas por

:i

Beth

,

en

las monedas de Sidon , ni en las de

Adra

ni

de

Cadiz

,

como se dirii en su lugar.

L o mismo digo de la

4.ª

letra que

M.

Barthelemy

,

para formar su pretendida

voz

l xbil,

quiere que sea un

7

L amed,

sin que

haya de ello exemplar; y sin que la tal le–

tra tenga siquiera la menor semejanza o ana–

logía con alguno de quantos

L ámedes

se ven

en las monedas e inscripciones Fenicias; lo

que si se permite á los Antiquarios , ten–

dran aun mas libertad que los Pintores,

y

Poetas.

El p

Koph

que se vee al lado de la fi–

gura que se representa en la haz de la mo–

neda , es otro argumento de que no perte–

nece la de que hablamos , a Sevilla : por–

que esa letra jamas se ha visto en nuestras

monedas Betico-Fenicias. En las de Cána–

ca se halla en seis distintas formas , como

puede verse en la Lamina de estas monedas

que se pondra despues , y en la XVIII. de

D on Luis Veiazquez

n. r. a 6. pero siempre

mui diversa de el

'}1

,

como se pinta en

esta moneda.

Ultimamente la tal moneda es rarísima

en España; y no havia de serlo tanto , si fue–

ra cuñada en Sevilla. Alguna havia de ha–

verse encontrado en las imediaciones de esta

Ciudad. Ni hacen mencion de ella nuestros

Autores

Alderete

,

ni

Lastanosa

,

ni

Velaz–

quez

,

haviendo escrito de las monedas des–

conocidas de España.

D e las monedas Punicas de Cartago

y

DE LAS MO–

de la Numidia y Mauritania, que son el

NED AS

Pu–

paso ultimo para llegar a nuestras Espa-

NICAS DE

ñolas de un lado

y

de otro del Estrecho:

CARTAGO

me ocurre poco que decir. Porque de la

Y

DE

LA

primera clase no tengo , ni hago memoria

NUM!DIA

de haver visto jamas alguna con inscrip-

Y MAURI–

cion Punica o f enicia , que nos asegu-

T ANIA,

re ser de Cartago ;

y

sobre las copias que

andan impresas en varios Autores no me he

(a) Geogr. Sac. Lib. L cap. J4. col. 603. 60<1-

(b)

y,

19. (e)

lcin. ab Arelate Narbonem. Tarrac.

et Carthag. Sparcar.

._