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DE LA LENGUA

los que usaban generalmente los Israelitas,

antes que se separasen las diez Tribus de

las de Juda, y de Benjamin. Estos caracte–

res o letras , que los Hebreos perdieron, o

dexaron de usar, despues de su cautiverio en

Babilonia , los retuvieron constantemente

los de Samaria; y son los que hoi vemos en

las monedas ele

Simon M acabeo

,

llamadas

vulgarmente Samaritanas , por serlo las le–

tras de que se componen sus inscripciones.

T odo esto lo saben y tocan caela dia por

sus manos quantos huvieren hecho alguna

reffexion sobre el idioma Hebreo , y el en

que estan escritos los monumentos Fenicios

que hoi aparecen , y cotejado un alfabeto

y otro : porque desde luego observan los

mismos trazos ,

y

genio, o índole de escri–

tura en el Fenicio que en el Hebreo; sin

que les haga fuerza que esta, o estotra le–

tra esté tal

vez

desfigurada , o mudada en–

teramente: porque esto sucede tambien en

los alfabetos de los ciernas idiomas. No ha–

blo del Griego ni del L atino, por acercar–

me al Fenicio y al Samaritano de que se

trata. En las moneelas ele Tyro se ve fre–

cuentemente el nombre de esta Ciuelad es–

crito así : \'\ ; en otras, de esta suerte :

9\";

siendo ambas unas mismas letras. Las mone–

das de

Simon M acabeo ,

si se cotejan co11 las

de

'Jochanan,

o

Juan Hircano ,

su Succesor

en el SumoSacerdocio, parecen a la primera

vista de

alfab~tos

distintos ; pero los versa–

dos en esta Literatura saben bien hermanar–

los entre si. Repito pues , que lo dicho has–

ta ahora es superfluo para estos.

Para persuadir a los <lemas , sería pre–

ciso formar dos como escalas de ambos al–

fabetos , y ir letra por letra bajando por gra–

dos, desde la primitiva figura que tuvo ca–

da una, hasta la en que hoi se ven en los

monumentos que nos quedan de los Sama–

ritanos, y Fenicios ; y de sus Pueblos o

Colonias en Malta, Sicilia, Africa , Es–

paña, y otras partes. Esto a la verdad no

me fuera dificultoso, pero sería mui largo

para un Escrito en que no se trata esta ma–

teria con toda su extension. Algo podra de

paso observarse en los monumentos de es–

ta N acion, que en el progreso de él se

pondran a Ja vista. Pero en las pruebas de

que el idioma Fenicio de

Sidon

,

y de su

Colonia

L eptis

era el mismo, o un dialec–

to ele! Hebreo , me alargare algun tanto;

asi porque espero , que esto me de ocasion

para tratar brevemente de nuestra anti–

gua Literatura , quiero decir, de las mo–

nedas J?astitanas , y Turdetanas , o de la

Betica , las quales descienden de un mis–

mo origen , y conservan el idioma y alfa–

beto Fenicio; como porque veo a las Na–

ciones Estrangeras gloriosamente empeña–

das en estos descubrimientos , no tenien–

do en ello tanto interes como Ja nuestra.

El celebre

]acabo Barthelemy

Antigua-

DE

LAS

rio del Rei Christianisimo, a quien Ja Li-

MONEDAS

teratura ele' Palmira y la Fenicia estan en

FENICIAS

granele obligaci9n, presento en el mes de

PROPRIAS.

Abril. de

J

758. a la Real Academia de las

Bellas Letras una Disertacion

acerca de al-

gunos monumentos de los Fenices , y del alfa-

beto de su idioma,

la qua! se publico en

1

764.

y se halla en el T omo XXX. de las me-

morias de dicha Real Academia

(a) .

Pe-

ro haviendo

M. Swinthon

Doctor de Ox-

ford

impreso en el referido año una carta

que se leyó en la Real Sociedad de Lon-

dres en

I

3. de D eciembre del mismo , en

la qua! impugna en varios lugares la leyen-

da y version de

M Barthelemy:

buelve este

por sí en una Carta al Marques

Olivieri

ele

Pésaro publicada en Paris en

1

766. en la

que procura satisfacer a los reparos de

M

Swinthon ,

que pretende la gloria de ser el

primer descubridor de este nuevo pais ;

y

le hace

ver,

que en ningun modo ha po-

dido aprovecharse de sus trabajos , como

él sospecha , y en cierto modo Je acri-

mina.

T ambien

MM. Fourmont ,y M orton: los

Benedictinos

autores del nuevo TratadodeD i–

plomatica, y otros D octos Estrangeros han

ilustrado algunos monumentos de los Feni–

ces ;

adem~

del celebre

Ricardo-Pocok ,

que

en 1745. publico treinta y tres inscripcio–

nes de este idioma , halladas entre las rui–

nas de una antigua Ciudad de Chipre. De

nuestro insigne

Antonio //gustin,

y de

Ber–

nardo Alrlerete

nada digo , porque no habla–

ron sino muy ligeramente de algunas mo–

nedas Siculo-Fenicias ; ni de los que solo

publicaron el alfabeto de este idioma, como

(!)

A pag. 40¡.