260
Discurso IV.
z
5
Se dice comunmente tantos son los
Angeles custodios, como los hombres que han
existido ,
y
existirán ·: de modo , que el
que
lo
f
ué de uno ,
ya
no lo será de otro. Lo
propio
se
debiera_
decir
de los Angeles
malos,
si fu ese cierto que cada hombre tenia el su~
yo.
Puede ser que un Angel , cumplido
su
oficio
con uno ,
ya
no vuelva
á
emplearse
con
otro
:
pero no parece conveniente la ra–
zon que
algunos señalan
de que en el dia del
juicio es suficiente ocupacion para un An–
gel juntar las cenizas de su custodiado , para
que comparezca en su cuerpo ante el divino
Tribunal ; pues haciéndose esta resurreccion
en virtud de la 01nnipotencia del Criador, no
es precisa
la
detencion
angélica
para procu-·
rarla (
1 ) •.
Finalmente los oficios , que segun
sentir de los PP. de la Iglesia, hemos señalado
á
los Angeles , no impide que estos veal)
á
Dios perpetuamente , porque Dios _en toda~
par-
.(1)
Neque dicendum videtur, unum ,
&
,eundem
Angelum
successu temporis custodire ,plures homines , quasi post mor–
tem unius suscipiat oustodiam alterius : quia in die judicii sa–
tis occupatus
er.it,
ut cineres unius hominis colligat ,
&
qua–
si momento _ temporis· comitetur ad judicium.
Becan. Sum.
T heolog. tr"cl.
de
.dngei.
cap.
1.
'1•
4.
,~nclus.2.