Discurso IV.
ma Tertuliano (
1 ).
Tenemos de esto un claro
testimonio en San Pablo , quien escribiendo
á
los Colosenses les dice : Ninguno os engañe
humillándose en · la Religion de los Angeles,
que no ha visto , hind1ado
con una
inteli–
gencia ,
y
ocupado de una imaginaci-on toda
humana ,
no adheriendo
á
la cabeza ,
que es
Jesu-Christo , de quien todo el cuerpo de la
Iglesia ., por sus miembros ,
y
ligamentos re...
cibe
inRuxo,
y
crece en
divino ·aumento (
z
).
Confarme
á
esto mismo en el Concilio Laodi–
cense de incierta época, pero seguramente cele–
brado en el quarto siglo (
y
si créemos .á Baro- ·
nio
anterior
al
Concilio de
Nicea
(3)) -, se
dispone :
~rQu~
no es conveniente
á
los Chris–
" tíanos , dexada la Iglesia de D~os . , 'irse
á.
"invocar los Angeles ,
ó
hacer ~ongregacio~
,, nes prohibidas.'' Si alguno se encontrare (pro•
sigue) ,,
haber dado e~1 esta _ oculta
iqola(rfa,
"sea anatema ,
ó
separado de
la
Iglesia , por-
" que
( 1)
Tertul. ·de
Prtescript.
cap.
1 2.
(2)
Nemo
vos seducat , volens
.in
humilhate ,
&
reHgione
Angelorum; qure non vidit a,mbufans , frustra inflatus sensu ,
carnis su<C. Et non
tenen·s
caput ,
ex
qu.o
totum ·
corpus
per
nexus ,
&
conjunttiones subrninistratum,
&
construél:um,
cres–
dt in augrnentum Dei.
Ad Cotos.
cap.2. v.
18.
(3)
Baronius tom.
4.
Annal. in Append.