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Oriental, cuyas autoridades cambió, y luego se le rindió la
guarnicion de la Colonia el 13 del mes siguiente, quedando
solo el Presidente Oribe ei;i Montevideo y el General La–
valleja al frente de la guarnicion de Paysandú.
El General Rivera refuerza las
tropas que sitiaban esta
ciudad y él marcha á la cabeza de su ejército á poner sitio
á la capital.
Una vez aquí, entabla relaciones y hace causa comun con
el Agente Francés Mr. Baradere y con el Contra Almirante
Leblanc que bloqueaba á la sazon el Litoral Argentino, cuyo
arreglo asumió el carácter de un verdadero pacto de alianza,
en virtud del cual se iniciaron simultaneamente las hostilida–
des contra los Gobiernos Argentino y Oriental, bloqueando
los buques de guerra franceses los puertos de Buenos Aires
y Montevideo, y tomando á viva fuerza la isla de Martín Gar–
cía á cuyo asalto acudió tambien el caudillo sublevado.
Siendo de todo punto insostenible la posicion en que el
General Oribe se hallaba, cedió á la intimacion que le hicieron
para que descendiese del mando, y despues de suscribirse por
comisionados
ad hoc
las cláusulas de su renuncia forzada, en
un documento al cual se le llamó impropiamente
Convencion
de Paz,
el Presidente de la República resignó su autoridad
el dia 24 de Octubre declarando en su nota que
«
no era ese
«
el momento decoroso de entrar en la explicacion de
las
«
causas que le obligaban á dar ese paso.
»
Cinco dias despues el nuevo Gobierno ordenaba al General
Lavalleja que entregase al General Rivera el armamento,
municiones, artillería y todas las
fuerzas que tenia bajo sus
órdenes. Verificada esta entrega, el General .Rivera quedó
como único árbitro y dueño de los destinos de la República. y
con las obligaciones que le imponía su calidad de aliado de
los Franceses con el Gobierno Argentino . (1)
Y el General D. Manuel Oribe el mismo dia que resignaba
el mando ante el Poder Ejecutivo, dirigía esta protesta al Po–
der Legislativo, emigrando en seguida para Buenos Aires con
varios jefes y oficiales, entre otros Garzon, Lavalleja, que
se le reunió despues, su hermano D. Ignacio, Servando Go–
mez, etc., etc :
(1)
H istoria d" Rosas
y
>u época, por al D r.
D.
Adolfo Saldias.