-
429 -
Si costaron incruentos sacrificios y dieron al país días de
dolor y de verguenza, no han alcanzado en su marcha, ni
á
suprimir la prepotencia brutal de la fuerza, ni
á
afianzar el
reinado de las instituciones, ni
á
garantir siquiera el libre
ejercicio de los derechos cívicos. Es el mejor anatema, justi–
ciero é imparcial, que ha de espresar, quizá.s dentro de poco '
el juicio severo de la historia al pronunciar el fallo de la
posteridad sobre los menguados actos de la vieja tradicion
partidista.
Despues de vários encuentros parciales entre las fuerzas
adictas al Gobierno y las que seguían al General Rivera, se
encontraron los dos ejércitos el 19 de Setiembre de 1836 en el
arroyo Carpintería, donde tuvo lugar un encarnizado combate
en el cual fueron completamente derrotadas y deshechas las
fuerzas revolucionarias, viéndose obligado su jefe á emigrar
al Brasil, en cuyas fronteras se mantuvo, empezando de nuevo
á
reunir á sus parciales para intentar otra vez la guerra á la
autoridad del país.
A mediados de Mayo de 1837, invade el General Rivera el
territorio oriental al frente de unos mil hombres, armados en
su mayor parte por sus amigos de la provincia de Río Grande,
y atravesando el Río Cuareim por el paso de Bautista. Escusa–
do es decir que militaban muchos argentinos en las filas de los
invasores y que el General Lavalle no tardó en incorporarse
á ellas.
Así se mantuvo en el país, hasta que poco tiempo despues,
el 22 de Agosto del mismo año, se efectuó la batalla de Yucu–
tujá, de cuyo resultado dió cuenta el General Oribe al Presi–
dente del Senado en ejercicio del P. E. en aquel célebre parte,
donde comunicaba el hecho en estos lacónicos pero espresivos
términos: «Participo á V. E. que en el día de hoy, he sido
completamente derrotado por el enemigo. ))
Obtenido este triunfo, el General Rivera se acercó con sus
tropas á la frontera del Brasil, permitiendo la reunían que se
efectuó del General Oribe con la columna mandada por su
hermano el General
D.
Ignacio y dando el tiempo para que las
fuerzas legales se repusiesen del descalabro sufrido y se orga–
nizasen bien.
Cuando
tuvo Rivera conocimiento de la incorporacion y
organizacion de las tropas constitucionales, resolvió fraccionar
su gente en varios escuadrones, para que
al
verse hostilizado