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Ibañez, Justino Muniz y demás j efes y oficiales del Partido Blanco en este
departamento, formando entre todos una partida de
20
y tantos hombres.
»
La misma noche en que se sublevaroJ', me sorprendieron la fuerza del
comisario D. Juan Ojeda, compuesta de 70 y tantos hombres, llevándose con.
sigo casi todos.
»
Al din siguiente (26 del pasado) Aparicio entraba en el departamento y
sin mas que presentarse se le pasan las fuerzas de los Comisarios D. Geróni–
mo Vellez y D. Rufino Suarez en Tupambay.
• Desde este momento, el enemigo tenia libre el camino de la Cuchilla Gran–
de
á
esta villa.
»
Impuesto de esto, ordené inmediatamente á todos los comisarios reunieran
sus fuerzas, y á trote y galope viniesen á situarse á media legua de esta villa en
un punto indicado.
• El dia 30 por la mañana tuve aviso que el enemigo en número de 350
hombres, poco mas ó menos, se venia sobre esta villa con intencion de ata–
carla.
• Inmediatamente me puse al frente de 150 hombres de caballería, única
fuerza de esa arma que tenia en ese momento, y me situé con ella á la orilla
del pueblo, frente al paso real de Tacuarí.
»
El enemigo se presentó y desprendió una guerrilla de 60 hombres que
venia á situarse cerca del mismo paso.
• A mi vez desprendí otra guerrilla y la coloqué frente al enemigo, dis–
puesto á rechazarlo en cuanto tratase de traer el ataque.
»
Este paso era arriesgado, porque los invasores y anarquistas superaban mis
fuerzas en número de mas de r 50 hombres; pero el caso en que me hallaba,
me obligaba á jugar el todo pe>r el todo.
• Hubiera podido encerrarme en el pueblo, seguro que en cada ataque que
diera el enemigo seria rechazado; pero como entre tanto podia tomarme una
por una cuatro policías que me faltaban y debía
á
todo trance tratar de salvar,
los esperé así, pues de lo contrario los anarquistas venían á quedar dueños de
la campaña de este Departamento.
1
En esta actitud pe1 manecieron ambas fuerzas mas de media hora, y enton.
ces, visto que el enemigo no atacaba, me retiré del paso,
á
media legua de
esta villa, con el objeto de protejer la incorporacion de las fuerzas que aún
no habían llegado, las cuales eran las de los Comisarios D. Pedro Ramirez,
D. Mariano Peña, D. Ramon Rivera y D. Ramon B. Mier.
• El pueblo quedaba perfectamente defendido por guardia nacional de in–
fantería
y
piquetes de policía y de artillería, que juntos formaban una fuerza
de r 30 infantes, dividida en tres cantones, situados en Ja plaza vieja: el de
la derecha mandado por el Comandante D. Eugenio Amaro; el del centro
por el bravo Comandante D. Casildo Carrion, y el de la jefatura, sobre la
izquierda, por el valiente Comandante D. Felicio Vas.
»
Al situarme con mis r 50 hombres de caballetia,
á
media legua de esta
villa, conseguí dos objetos: protejer á ésta si era atacada, y favorecer la in–
corporacion de las fuerzas que debían reunírseme.