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cedentes históricos que mas de una vez he invocado para combatir al partido en
que V. milita no nos poudria en
el
camino de la
reconstruccion legitima y
por el contrario no haría mas que consolidar la sucesion de situaciones anor–
males y bastardas, basadas en la usurpacion y en la mentira, sin oríjen en lª
soberanía del pueblo y sin apoyo en la opinion pública.
• No debo, sin embargo, ocultarle
á
Vd. mis sen timien tos;
á
pesar de todo
eso, si fuese posible concluir la guerra en un par de meses
y
salvar al país
del papel moneda en el órden económico y de las intervenciones estrangeras
en el órden político, optaría por un esfuerzo supremo para llegar
á
ese
resultado, pues que salvaríamos al fin
de esos dos peligros y quedaríamos
como antes de la guerra en actitud de trabajar por
el triunfo de los buenos
principios de gobierno y administracion.
>
Lo que nos hace
á
nosotros partidario
de
la paz, aun cuando esa paz
no se realice sobre la base d: los principios políticos que profesamos y por
cuyo triunfo pugnamos en la prensa desde
hace años, es el
justo temor de
que la guerra se prolongue indefinidamente y de que
la campaña se arruine
dt:l todo entre tanto,
y de que el ª'ole del papel moneda abata todas
las
fortunas
y aniquile al
comercio, y que por conclusion,
las
complicaciones
internacionales vengan
á
reducirnos
á
las condiciones de aquell a¡ R epúblicas
Italianas de la Edad Medía,
que sufrieron
á
la vez el azote de la guerra
civil con todas sus consecuencias desastrosas y el azote de la guerra extrangera
con todas sus imposi ciones hurr.illantes.
>
Nosotros los que combatiendo
á
Vds. E'stamos muy
léjos de
legitimar
esta situacion y absolver
á
Batlle, no
tenemos
los medios de
imponer
la
~olucion
porque hemos optado desde hace mucho tiempo; y como de la guerra
nada esperamos
sinó
la paz,
q~eremos
la
paz, aunque ella no
reconoz<..a
como bases fundamentales el
triunfo de la razon sobre la
fuerza
y
de
la
soberanía popular sobre las usurpaciones triun fan tes .
>
¿Vd. y su partido en armas tienen los medios de triunfar?
>
No quiero hacer á Vd. la injusticia de suponer que
es
capaz Vd. de
toda la obcecacion que se necesitaría para dudarlo siquiera.
• ¿Qué quiere V<l. entonces?
>
¿Que
b
guerra continue
indefin idamente
y
que acabemos
de destruir el
país y que tengamos papel moneda é intervenciones estrangeras?
• Vd. me reprocha que no tengo la valentía de espresar desembozadamente,
mis ideas sobre la paz, y su reproche es inmerecido.
>
Basta decir quiero la paz, para que se entienda que la quiero en las úni–
cas condiciones e11 que es posible, dada la situacion respectirn del Gobierno y
de los revolucionarios, dada la imposibilidad en que estamos de imponer
á
los
que tienen la fuerza, las ideas de los que quisiéramos
levantar sobr.e las pa–
siones estraviadas
de los círculos politicos, el
principio
regenerador de la
soberanía del pueblo.
>
Ante los inmensos males que sufre el país
y
ante
los gra vísimos peli–
gros que
no~
amenazan, es acto de patriotismo, en mi concepto, acatar
á
Batlle
con todos sus vicios de origen, con todas sus faltas
y culpas propias,
á
con-