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habiao manifestado el deseo que tienen de que la paz se haga bajo bases
dignas y honorables para ambos partidos, lejos de desmentir el hecho, me
habria apresurado
á
confirmarlo.> ¿Acaso, esto importa decir que los hombres
de la Revolucion permanezcan firmes en su estrema resolucion de aniquilar el
pais ó de alcanzar un triunfo completo sobre el Gobierno? ¿O es que consi–
derándosenos tan humillados, ni se nos permite siquiera hablar de bases dignas
y honorables para ambos partidos ?
»
Viniendo á la cuestion, Jo que yo b.e negado y niego, es que los pundo–
norosos jefes aludidos
acepten la paz .con las bases que antes consideraron
inaceptables.
>
¿Cuales eran esas bases, Dr. Ramirez?
• No hablemos de. las que nunca existieron por parte del General Batlle
antes de Manantiales, puesto que ni merecen mencion aquellas cuyo prelimi–
nar era el reconocimiento prévio
de su autorúiad suprema;
hablaremos de
consiguiente de las que propuso el Dr. Herrera y Obes en esta ciudad,
á
los
mismos que el dia antes habian sido obj eto de la mas innoble persecucion
de parte de su gobierno.
• H élas aquí :
>
Amnistia general,
envuelta en esa• fraseologia pueril y desprestigiada,
muy bella si se quiere para escrita, pero nula ante los hechos de que han
sido víctimas en plena paz y sometimiento absoluto, nuestros infelices corre–
ligionarios
y
sus familia s.
>
Reposicion en sus antiguos grados
á
los jefes y oficiales de la Revolucion·
>
Y por último, cuatrocientos ó quinientos mil p esos es decir,
un montan
de oro
como prenda de la degradacion de un partido político, para que rom·
pa su programa revolucionario y abdique sus derechos y regalías.
>
Son esas las bases, puesto que no conozco otras, á las que yo llamo
inaceptables hoy, como fueron inaceptables antes.
>
Si el partido colorado no tiene otras que ofrecer, porque está
d~
por me.
dio la autoridad del General Batlle,
ó
porque no quiere dar al partido blanco
participacion en la cosa pública, so pretesto de que eso seria pactar fusiones
inmorales, ó porque le seria mas cómodo ir á la reorganizacion del pais y á
las urnas electorales con su Gobierno, Jefes Políticos, fuerza pública y Jueces
de Paz á la cabeza, entonces, amigo mio, lo mejor será no hablar de paz, y
aprovechar el tiempo para poner por otros medios término
á
la guerra.
>
Yo ha,bria deseado verlo á Vd. abordar la cuestion de paz en el terreno
prá ctico y con el patriotismo y valentia que le recono.rco, apuntando las bases
y condiciones que hiciP.ran su realizacion posible, pues la Terdad es que nadie
hasta ahora h.. dicho cate¡:óricamente lo que quiere; pero, respetando su
silencio, solo me resta repetirme de Vd. ami¡:o y compañero aftmo.
C. A. L erena.