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dicion de obtener garantías,

las que sean posibles para que no peligre la

vida ni la propiedad de unos ni de otros, y para que sea dado á todos ejer–

cer sus derechos políticos en las elecciones generales á que será

llamado el

país con arreglo á la ley sancionada por las Cámaras.

>

Todo esto es pequeño y miserable bajo el puntu de vista de los altos

principios que podrian haberse consultado

á

haber sido el General Batlle

hombre de otra talla, pero es

lo único que puede hacerse en el estado de

las cos-as-y que Vd.

se subleve contra esa

triste necesidad es lo que he

censurado en las líneas que consagré á

su carta dirigida al director de

La

Paz.

>

Soy como siempre su muy afmo. amigo.

Josi P . Ramirez.

b

Despues d e esta tentativa del Dr. Herrera en nombre del

Gobierno de Batlle, hubo dos mas que t ambien fracasaron en

seguida de iniciarse, propuesta la primer a por el ciudadano

D. Juan Angel Casalla

y

la segunda por el General D. José

Miguel Arredondo en representacion del Gobierno Argentino.

Las proposiciones del Sr. Casalla se reasumían así:

Desarme de los revolucionarios.

Declaracion de "no hay vencidos ni vencedores."

Sufragio libre.

Y las del General Arredondo, en-

R econocimiento del Gobierno del General D. Lorenzo Batlle

hasta el

de Marzo de

1872;

y

R econocimiento por parte del general Batlle, de los derechos

é

inmunidades de

todos los ciitdadanos, y garantias para el

ejercicio libre del sufragio universal

á

qite se apelaria para

constituir inmediatamente los·poderes regulares de la repú–

blica.

Luego d e éstas t en ta ti vas de paz vinieron otras dos antes de

iniciarse la definitiva, llevadas

á

cabo uno de ellas por los se–

ñores Herosa, Reíles

y

Ramirez,

y

la otra por varios ciudada–

nos del partido colorado que efectuaron varias r e uniones pú–

blicas en Montevideo, declarando

«

que querían la paz por me–

dio de la guerra

ó

que se ajustara estrictament e á los principios

constitucionales». Esta última si bien se inició antes que la que

trajo la paz de Abril, actuó sin embargo simultáneamente con

aquella.

Los documentos que publicamos

á

continuacion dan cuenta

detallada de la manera como se llevaron á cabo: