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• Sobre el r•
Dar a los jefes de
la Revolucion garantt'as satisfactorias
de seguridad para sus vidas, p1-opi'edades
y
trabajos electorales,-es
entera.
mente exacto, permitiéndome apenas agregar que el pensamiento de perfecta
igualdad y derechos entre
los orientales de todos los credos pofüicos, no fué
especificado por aquellos jefes y yo lo
trasmití á V. E. como idea comple–
mentaria.
• Sobre el
2º
Nombramiento de una Comision por parte del Gobierno, la
cual entendiéndose con la otra nombrada por los Jefes de
la Revolucion.
ajustasen la forma definitiva de dar fin á la guerra,-es
no solamente
exacta esta proposicion, sino mas aun, fué emitida por aquellos jefes como el
medio mas conducible á arribar á un acuerdo que produzca la paz de la Re–
pública; y agregando ellos que debia neutralizarse el paraje escogido para
reunirse las comisiones, llegando á indicar los pueblos de Canelones, Piedras
6 Pando indistintamente.
• Sobre el 3•
Suspension de las
hostt'lidades mt'entras se
practt'caban
aquellos traba/os,
es tambien exacta la proposicion, con la cláusula de que la
referida suspension podia principiar el día
que se designara para reunirse las
dos comisiones.
• Sobre el 4° y último punto, esto es
la seguridad dada por mi de que
la referida comúz'on nombrada por los revolucionarios no tenia exigenez'a
alguna en menoscabo
de
la auton'dad
y
atrz'buct'on de que V.
E. está z'n
·
vestido,
pido permiso para especificar bien lo ocurrido.
• No formularon los Jefes de la revolucion las cláusulas que en mi enten–
der debían hacer practicar el arreglo para la pacificacion de la República, ni
yo los solicité lo hicieran, porque entiendo que eso iba mas allá del propósito
de mi iniciativa personal y amigable y debía constituir la materia de discu.
sion y acuerdo entre las dos Comisiones, pero declaré á aquellos Jefes que si
en sus exigencias hubiese lo que quiera que fuese, de
ofensivo á las atribu.
dones y dignidad del Gobierno de V. E. yo
no podía ser órgano de ellas;
desde luego me retiraria de toda intervencion. Los Jefes referidos admitiendo
esta declaracion, se refirieron por lo que toca á sus leales y patrióticos deseos,
á lo que habian consignado en los apuntes que me trasmitieron
y
que yo ori–
ginal puse en manos de V. E.'
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Creo deber completar esta parte de mi contestacion, diciendo á V. E. que
no solo los
jefes firmantes de
los
referidos apuntes, como otras
personas
de influencia en su partido, y la gran mayoria del pais, que acabo de recorrer
me parecen sinceros y ardientemente dominados del deseo de ver realizada la
paz en términos de perfecta eficacia y larga duracion.
• Réslame ahora agradecer á V. E. la devolucion del original de los apun–
tes de los jefes de la revolucion, y aprovecho esta nueva ocasion para repetir
que soy con la mas alta consideracion.
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De V . E. servidor y amigo.
Marqués do Herbal.