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" Dejen sus hombres de estado la timidez que le es peculiar, y que tan.
tos males ha producido al Imperio, y arrójese el Brasil con paso firme en
la senda del futuro grandioso á que aspira. "
(
Di.ario do R io
Grand~.
)
" EL ESTADO ORIENTAL Y LA DIPLOMACJA BRASILERA EN EL
Rro
DE LA PLATA
" La situacion interna del Estado Oriental, es para la provincia del Rio
Grande del Sud, la cuestion mas importante de la actualidad, no solo por
los muchos ·y diversos intereses que tienen allí los Rio Grandenses, sino
por la marcha tortuosa que sigue la Diplomacia del Imperio, siempre débil,
siempre impotente, dejando en el mas completo abandono á los súbditos
brasileros, víctimas de todos los partidos y de los caudillos que infestan
aquellas magníficas campiñas, dignas de mejor suerte.
" L as escenas de hoy, el cuadro desolador de robos y asesinatos, de de–
senfrenada anarquía, de vandálico caudillaje, son las escenas del pasado.
A.uncuando los personajes sean otros, el cuadro es el mismo.
" De
1810
acá, la anarquía, la revuelta constante, los asesinatos en masa,
la proscripcion y el
ro~o,
h an sido la paz interna y el estado normal del Uru–
guay. Si despues q ue se separó de la España ese pais, gozó de tranquilidad
por algun tiempo, fu é durante la intervencion, con el protectorado portugués,
cuando la benévola política de los Ministros de D. Juan VI aniquilaron allí
el dominio de Artigas, respetando y haciendo respetar todos los derechos.
" Ni los afanes de un pueblo celoso de su independencia, ni las prevencio–
nes nacionales, han conseguido oscurecer la justa apreciacion sobre aquel pe·
riodo y ya la historia conmemora aquellos tiempos como los mas felices para
el Uruguay.
" Separándose de la España y no queriendo al mismo tiempo incorporarse á
Buenos Aires,
~l
Estado Oriental fué víctima de los horrores de la guerra civil
y
en ella perdió una gran parte de su poblacion, cou la ruina de la riqueza
pública
y
particular. La situacion interna era tan miserable, que los patriotas
Bianqui, Llambí, Larrañaga
y
otros, votaron la incorporacion al Imperio,
porque estaba arruinada mas de la mitad de su poblacion, aniquiladas las ri–
quezas, destruidas las h aciendas, careciendo del alimento mas abundante
y
porque sin fuerzas no podian sostener su independencia, hallándose próximos
mas bien á ser víctimas de nuevos caudillos.
" Allí la intervencion salvó el órden
y
la libertad, poniendo por algun
tiempo coto á la anarquia;
y
sí con razon se censura que se hiciese entonce&
la incorporacion,
y
rechazándola tambien ahora, por el respeto que debe me·
rccer la independencia de los pueblos, no por eso debemos dejar de buscar