Table of Contents Table of Contents
Previous Page  55 / 840 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 55 / 840 Next Page
Page Background

- 17 -

los caballos para cuya operacion tuvieron que emplear hasta

la ropa de uso, y despues de un reconocimiento prolijo para

elegir el sitio mas conveniente para la evasion, consiguieron

realizarla sin tropiezo, marchando en fila, unos <letras de otros

en un silencio profundo.

Véase como la revolucion estuvo

á

punto de ser sofocada

desde el momento mismo en que se inició.

Léase ahora el parte pasado por el Coronel D. Gregario

Castro, Gefe Político del Salto al gobierno de Montevideo:

Salto, 'Marzo 8 de 1870.

Excmo. Sr.: Despues de tantos y tan reiterados amagos, Aparicio ha invadi–

do este departamento el dia

S

del corriente con una fuerza de sesenta ó seten–

ta hombres, por el «Rincon de Mendoza•, poco mas arriba de Federacion y

mas abajo de la barra del Arapey.

Indudablemente efectuó su pasaje de media noche á la madrugada del citado

dia

s;

pero como se habían reforzado las Policías y estaban todas prevenidas,

no pudieron pasar sin ser sentidos

al

momento.

Una partida de cuatro hombres de la fuerza del Comandante Reyna recibió

ft

los Blancos, esta fué tan cerca de ellos que tres cayeron en poder del enemi–

go, salvándose el Sargento que participó el hecho al Teniente D. Segundo Ca–

brera, comisario interino de Constitucion, quien mandó aviso de lo ocurrido al

mencionado Comandante R eyna.

Este entonces con sus fuerzas y con el citado Comisario Cabrera con 40 hom–

bres se fueron sobre los invasores llevándolos hasta un pequeño bosque llama–

do el «Espinilla!», donde fueron tiroteados y hostilizados hasta el anochecer,

á

cuya hora se les incorporó

ft

las fuerzas del Gobierno el comisario D. J acinto

Gomez con una pequeña partida.

Al efecto, permanecieron á su frente hasta el amanecer del siguiente dia, hora

en que hicieron la descubierta, internándose en el monte de donde habian de–

saparecido lo enemigo,;.

egun las noticias de Entre-Ríos, referidas por mis amigos, la invasion de

Benitez

y

Aparicio la C':>mpunen un puñado de

locos;

asi puede suponerse que

sen e te el segundo acto de descabellamiento y que concluya como la célebre

inva ion

á

esta ciudad en F ebrero de

1

68.

in hnber alnrmado

el

departamento ni

á

los ciudadanos

~que

se entregan

á

u trnbnjo , he tomado algunas prec:mciones que nunca estan demás por si la

invn ion toma otro carácter.

aludo

al

r. Pre iden te.

Gregorio Castro.

l'.

D. De pue de e crito lo que precede, he recibido avi o que los im·aso·

re han tomado en direccion

:i

Tacuarembó-

rate.

Ef tuada lo va ion del E pinilla1, caminaron los invasores

toda a noche

y

la

iguiente , e condiéndose de día en los