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• En este instante, q ue estoy
escribiendo
esta nota, recibo
ch asque
del
general, en donde me ordena pida á V d. todas las fuerzas de caballeria que
se encuentran ahí.
Con este motivo se
servirá mandar q ue todos los oficia–
les que se encuentren con
fuerzas de
caballería en
ese punto, busquen mi
incorporacion lo mas brevemente posible.
>
El general quedará h oy en el Paso de las Pied ras del Q ueguay Grande.
>
L o felicito por el triunfo
que hemos obtenido,
á
la vez de
lamentar
nuestras pocas pero sensibles pérdidas.
»
Dios guardt á Vd. much os años .
Genttario Gonzalez.
>
El último combat e de los d os v a lie ntes caud illos d e la revo–
lucion d el 70, le c upo el h on or al Coronel Puentes d e ser él
solo el v en cedor. Tuvo lug ar e n T acua r embó, el dia 1° de
Ene ro d e 1872, con las fue r zas d el Cor on el E scobar .
Salvañach, como ya lo h emos vis to e n el a nterior cap ítulo,
se habia separad o de s us fue r zas del Durazno, entregándoselas
á Puentes, por haber s ido n ombrado e n una Comision p a ra
trata r sobr e la p a z, y P ue ntes d e aqu el punto d espr endi óse d el
ej é r cito p a ra el d ep a rtamento d e Tacu a r embó .
L as fu e rzas d e Puentes serian 200 h ombr es, mas ó m en os, y
el mismo núme r o las d e E scobar.
Con P uentes venia n Ba ral–
do, el Coma ndante Camilo Gar cia , los Mayores Valdez y Bur–
g os, y el festivo escritor de
E l Negro Timo teo,
D. Washington
B e rmudez,-y con E scobar est aba el Coma ndante Juan Sena.
Ambas fu e r zas eran de caballe r ia.
Puentes ll egó al anoch ecer, ll oviendo , al a rroy o d e Tacua–
r embó, que se e nc u entra inmediat o al pueblo del mismo n om–
b r e . E scobar lo esperaba del ot ro la d o en los dos pasos que
allí exis te n, uno qu e es el paso r eal á la d e r ech a d el p ueblo
vini endo d e Montevideo, y el otro el p a so d e la balsa, frent e al
m,ismo T acua r emb ó .
Inmediatam ente d e llegar se emp eñ ó un fu e rte tirot eo e n
los
dos p asos , distrib uyendo Pue ntes s u gente en dos fr accion es y
en est e órden: al Coron el Baraldo, p r ot egido p or é l sob r e el p a so
r eal, e n el c ua l se en con traba al Comandante Sena con unos
cien hombr es, y en el paso de la Balsa d onde es t aba Escobar
con el r esto de s u gen te, co locó al Coman dant e Garcia p rotegi–
do por Valdez y B urgos . E n seguida, y siendo ya de noch e
oscura, pues p a saban de las 6 de la t a rde, y llovie ndo cada v ez