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300 hombres de caballeria, y como ya hemos dicho, estaban
divididos en cuatro escalones, mandados los del centro por
Salvañach
y
Baraldo, el de la derecha por Garcia y Leguizamo
y por Marote, Be rgara y Burgos el de la izquie rda .
El en emi–
ho traj o ig ua lment e la carga en cuatro escalones, mandando el
del centro el Coronel Genuario Gonzal ez.
Los primeros escuadrones que se chocaron, e ntreverándose,
fueron los de las álas
izquierda y derecha de ambos comba–
tientes, y el del centro con Salvañach á su frente, hizo una
hábil evolucion sobre un flanco del centro enemigo, donde iba
Gonzalez, consiguiendo entrarle por r etaguardia; siendo tan
violento este último ataque que, apesar de los esfuerzos de su
valiente j efe, fueron envu eltos sus soldados en la más espantosa
derrota, arrojándolos en peloton sobr e el paso del Queguay.
Conseguido est e triunfo por Salvañach, volvió rápidamente
al campo de batalla á protejer á los otros escuadrones que se–
guian batiéndose con la parte del enemigo que todavia no se
había declarado en derrota, y cargándolo bizarramente no se
hizo esperar mucho el triunfo completo por las armas r evolu–
cionarias, despues de mas de una hora de combate.
El resultado de este encuentro , fué que ademas de quedar
triunfante el Coronel Salvañach en el campo de batalla y ha–
berse dispe rsado completamente el enemigo, perdió este 57
muert~s
y otros tantos heridos, no habiéndosele hecho mayor
número porque no se les quiso perseguir mas que unas cuantas
cuadras, y tomáronsele varios prisioneros, entre ellos al Capi–
tan Pedro Pirichi. Los revolucionarios tuvieron t ambien unos
15 ó 20 mue rtos, entre los que se hallaba el Comandante L e–
guízamo,
y
8 ó 10 heridos.
He aquí los partes pasados por el Coronel ·Genuario Gon-.
zalez:
e Campamento en el Paso de las P iedras del Queguay GranJe,
Noviembre
12
de 187 r.
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S eñor Don Nü:asio Borges.
>
Querido General:
Como á las diez de la mañana se me presentó Salvañach en las direcciones
del Guaviyü
como con 300 y
tantos
hombres.
Inmediatamente me
puse
en marcha sobre ellos aunque con fuerza mucho menos, pues solo tengo
240
hombres y como es consiguiente, me apuraron
trayéndome una resuelta carga
en toda la linea, llevándola yo tambien de lo que resultó un entrevero general,
rechazándolos en seguida, los cuales salieron dispersos á varias direcciones, Y