Table of Contents Table of Contents
Previous Page  516 / 840 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 516 / 840 Next Page
Page Background

-

182 -

el segundo de dos filas y de 150 hombres lo mandaba Fidelis, y

el tercero, á las órdenes del Comandante Lino Arroyo, de 100

hombres, tambien de dos filas .

Salvañach proclamó á su gente, le mandó decir á Puentes

que sostuviera el paso y se entendiera con los infantes enemi–

gos, y dispuso salir al encuentro de los escuadrones de Fidelis.

Entonces el Coronel Vargas, que mandaba un escuadroncito

de 22 oficiales, pidió ser él el primero en chocarse con el

escuadran de Illa que venia á vanguardia del enemigo. Y le

fué otorgado su deseo, como que no se hallaba entr e cobardes,

y lo cargó á Illa, cumpliendo brillantemente su promesa; pues

herido de tres balazos mortales y habiendo caido mas de la

mitad de sus compañeros, se encontró con Illa, y frente

á

frente, de lancero

á

lancero , logró vencer á su enemigo matán–

dolo de la primer lanzada ..

Conjuntamente con Vargas, pero por un flanco carga á la

gente de Illa el Comandante Leguízamo; y á éste por la espalda

se le echa encima Fidelis, y á Fidelis lo arremete Salvañach por

retaguardia; cargando á éste Lino Arroyo, y á Lino Arroyo los

Comandantes Valdez y Capill a, con el resto de las fuerz_as re–

volucionarias; produciéndose desde entonces el entrevero mas

completo, peleando bravamente por ambas partes, hombre á

hombre,_ y á arma blanca casi.

·

Y así, dura un largo rato la sangrienta y encarnizada lu–

cha hasta pronunciarse la derrota de las fuerza gubernistas,

cuyos soldados huyen despavoridos

~ácia

el rincon que forma la

barra de los dos arroyos que allí se unen, y de ahí, acosados,

acuchillados por todas partes, se esparcen en distintas direccio–

nes logrando en desordenada fuga escapar de una muerte segu–

ra. La infanteria de Fidelis, logra tambien escaparse aprove–

chando la noche, sin haber logrado hacer retroceder un paso

á

los infantes de Puentes.

Una hora escasa duró el combate. Pero qué estragos, sin

embargo! Allí cayó acribillado á lanzazos el insigne sorpren–

dedor, el infat igable enemigo de los revolucionarios, aquel

valiente General Fidelis; cayeron tambien los esforzados Coro–

neles Illa y Vargas, y el patriota Comandante Paulina Capdevi–

lla, revolucionario, y entr e oficiales y tropa de las

fuerzas del

Gobierno quedaron en el campo mas de cien muertos y unos

sesenta y tantos heridos, y mas de tr einta muertos y otros tan–

tos heridos de los revolucionarios.