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171

-

>

Pues que tan duramente se me ataca,

se me ha de permitir que hable

con esta franqueza.

>

Una vez en el Cerrito, tomamos refuerzos de la Capital

(los batallones

I

º

de cazadores y 24 de Abril y U rbano) y nos pu imos en marcha

á

salir

al encuen tro al enemigo. Como siempre,

iba

á

vangua rdia con mil y tantos

hombres. Una vez llegado al Manga, recibí órden del J efe de Estado

].fa.

yor de campar, á lo que observé que el enemigo es taba al frente

y

era preci–

so descubrirlo.

U na vez en T oledo se me reiteró la misma órden, á lo q ue

con testé que mis guerrillas estaban comprometidas, y q ue era de todo punto

indispensable seguir, pero si el General en J efe, apesar de eso,

reiteraba sus

órdenes, como era de mi deber las cumpliria.

• En todo

esto yo

respundia

á

un plan que en mi concep to no podia

dej ar de dar resultado.

>

N uestr•>

principal anhelo debia

ser obligar al enemigo á

librár

la ba·

talla en campos cercados

y

arados, entre chacras y zanjas, pues que la com–

posicion de nuestro ej érci to,

tan

fuerte en infanteria y el del enemigo casi

todo de Caballerí a, nos daría todas

las ventajas y nos aseguraba

todas las

probabilidades de éxito.

>

E l General en jefe atendió m is observaciones y el E stado Mayor retiró

la órden que me habia trasmitido.

>

Entonces pedí que se me mandase

la division del Coronel Coronado y

di órden

á

este J efe

de que forzase

las guerrillas y obligan al enemigo

á

pararse.

>

Asi sucedió, en efecto, el enemigo tuvo que hacer alto y nos tendió su

linea, oponiéndonos al frente el obstáculo de una zanja que hace barra

en el

S auce frente al pueblo de ese nombre.

>

Puse en tonces en conocimiento del J efe

de E stado Mayor para que

la

trasmitiera al General en J efe, que el enemigo habia

tomado una posicion

inespugnable y que la operacion indicada era correrse sobre la linea izquierda

para evitar aquel obstáculo y tomar á nuestro turno una posicion

favorable .

>

A si se efectuó, y

apenas formamos li nea, cuando tuvimos el ataque del

enemigo por el centro y por los flancos derecho é izquierdo.

>

En la batalla me cupo el h onor de sostener lo mas rudo del combate.

>

Nuestro centro venció arrollando

y

per iguiendo al enemigo, pero el ene–

migo habia vandeado por ambos

flancos y tendiéndome una

Linea como de

2000

hombres á retaguardia á las órdenes de los propios Aparicio

y

Muniz

á

la cual

tuve que hacer fren te

defendiendo y

salvando nuestros cañones y

nue tro parq ue, repe!_iéndolo

y

venciéndolo al fi n.

>

Cual haya

ido por fin mi conducta en esa batalla, pueden decirlo los

re

J efe

y O fi ciales del Ej ército .

• R egí tren e

las

columna

de

la prensa periodica, y se verá cual fué

la

opinion que e fo rmó obre mi conducta en e a jornada.

>

De pues de esta batalla y de una per ecucion tan tenaz como era po ible,

el

neral

uarez me de prendió desde el Paso de los Toros con una columna

proximamente de

1

¡oo

hombres en persecncion del enemigo que habia pasado