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por los puen tes del D epartamen to
de Maldonado-y adherí
á
esta última
opinion .
• L a operacion se realizó
sin inconvenientes hasta el mismo pueblo de
Minas; pero el enemigo que nos había
sentido, nos salió
al
encuentro apro–
vechándose de la demora de dos dias que hicim,os en San Francisco, contra
mi opin ion, pues yo instaba al General Suarez para que sin pérdida de mo–
mento siguiésemos rumbo
á
Maldonado.
• Sucedió lo que yo preveía; el enemigo nos salió al encuentro entre Solis
Chico y Mosquitos, colocándonos en una situacion estremadamente crítica.
• El entmigo se presentaba con una
fuerza de
5000
á
6000
h ombres,
mientras que nuestro ejército no alcanzaba á
3000.
>
E l General Suarez, prevenido por mi de la presencia del enemigo,
repa–
só Solis Grande y formó su línea entre
dos A rroyos. A percibido de esto,
hice observar al General Suarez que
aquella línea no podia sostenerse; el
General Suarez insistió en que era fuerte esa posicion y en tonces fuí á verlo
personalmente. Convencido por mis demostraciones, convino en mudar cam po
y para efectuarlo salí acompañado de los Coroneles Reyes y Rodriguez á
elejir la posicion mas ventajosa en la falda de la Sierra.
>
E lejida esta, volvimos á marchar sin q ue
el enemigo nos diese tiempo
sino para formar.
>
En aquella posicion verdaderamente inespugnable permanecimos dos dias;
pero como tal situacion no púdiese prolongarse porque nos quedábamos á
pié, combinamos la operacion que nos
trajo á Montevideo burlando
al
ene–
migo.
• Contra la opinion casi uniforme de
los
j'efes superiores del ejército, ¡.e
practicó la operacion que dió ese resultado y que no
tengo inconveniente en
declarar bien alto
fué propuesta
y
preparada por mi.
>
Si no es esto verdad, que me desmientan mis
compañeros de aquellas
apuradas jornadas.
>
Las carretas del ejército se hicieron
subir á la Sierra en
la tarde, por
frente al enemigo, en direccion opuesta á la direccion que debíamos
tomar y
despues de oscurecer simulamos un ataque al
e~emigo
con la vanguardia por
derecha é izquierda, mandando la derecha el Coronel Ximenez y la izquierda
el Coronel Coronado; los enemigos fueron arrollados hasta sobre el centro
de su propio ejército, y aprovechando ese momento de confusion salimos por
la derecha, yendo
á
pasar Sulis Grande por el paso de Curvelo, sin que el
enemigo se apercibiese de la operacion.
>
El enemigo solo se apercibió de nuestro movimiento al otro dia al salir
el sol, cuando el ejército estaba ya en Mosquitos y yo con la
vanguardia
protegia la retirada.
>
Sábese bien que á esta operacion practicada por
mi inspi·racion
y acep–
tada por el General en Jefe y con el valiosísimo concurso del J efe de Es–
tado Mayor Coronel Reyes y de los valientes jefes á mis órdenes, se debió
la salvacion del ejército.