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nombramiento de General en J efe contribuí eficazmente, yendo personalmente

á buscarlo á su casa para ll<!varlo á la casa de Gobierno para tener una con–

ferencia con el Presidente de la República de quien se mantenia aquel General

completamente alejado.

~

Como me conduje en la batalla de Severino, pueden decirlo todos y cada

uno de los jefes del Ejército,· como podrán decir si alguna parte se me debe

en la salvacion del Ejército por la retirada que hicimos en la noche.

~

Al dia siguiente

el

Ej ército nuestro, vencido en Severíno, perseguía y

aun derrotaba en c;asavalle al Ejército vencedor de Aparicio, Medina y Muniz

reunidos, y en ese suceso pueden decir t ambien los jefes militares de esa

jornada cual fué mi participacion.

>

Pero ni siquiera necesito invocar el testimonio y autoridad de esos jefes:

reglstrense las columnas de la prensa periódica de Montevideo, al frente de

la cual se encontraban ciudadanos que no me eran personalmente afectos .

>

D espues de Casavalle reorganizamos el Ejército y marchamos á buscar la

incorporacion del General Caraballo, que con el Ejército del Norte acababa

de pasar al Sur por Mercedes.

>

En las puntas del Arroyo Grande, supimos que el General Caraballo ha–

bia sido batido y derrotado en el Corralito. El General Suarez, movido por

un pundonor militar mal entendido, queria esperar y aun buscar al enemigo

vencedor y yo opiné y sostuve la necesidad de precipitar las marchas y va–

dear el Rio Negro al Norte.

>

Nosotros llevábamos próximamente

1600

hombres y el enemigo habia

presentado en Corralito de

3500

á

4000

hombres, que habian obtenido una

fácil victoria sobre el Ejército del Norte.

• Bajo el pánico de una derrota que llegaba hasta nosotros con las mayo –

res y mas estravagantes exageraciones, esperar al enemigo era derrotarse por

el hecho mismo.

>

Afortunadam: nte prevaleció mi opinion y en todo el Ej ército se me

hizo justicia, conviniéndose en que habriamos perdido nuestro ejército si no

hubiéramos interpuesto el Rio Negro con el enemigo .

>

Son del dominio público las dificultades que se suscitaron en Paysandú,

donde nos reunimos con el resto del Ejército del General Caraballo, respecto

de la organizacion y mando de esas fuerzas, y escusa referirlas porque no

hacen á mi objeto.

>

El hecho es que el General Caraballo dejó el mando de las fuerzas del

Norte y éstas fueron incorporadas á las del Sud que mandaba el Genera

1

Suarez.

>

Aunque nuestros ejércitos, aun de;pues de incorporados , eran débiles

para venir á buscar

á

Aparicio que ' sitiaba

á

Montevideo con

4500

á

5 0 00

hombres, resolvimos una operacion que obligase al enemigo á levantar el si–

tio, y que nos permitiese al mismo tiempo recibir refuerzos de Montevideo

para librar una batalla.

• Se decidió despues de fluctuar mucho, entre t omar el Litoral hasta la

Colonia, que nos dirigiéramos á la Sierra buscando el contacto con :Montevideo