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ULT!i\IA HORA
• Sigue la alarma.
" El Presidente de la R epública con su escolta y un numeroso séquito de
oficiales y amigos, recorre la línea.
«
Las tropas están en movimiento .
" E n la plaza de Cagancha está parte del batallon Urbano y el
'2 °
de Guar-
dias Nacionales.
" Hay dos piezas, una que mira á la calle Ibicuy al
ud, y otra al Norte.
«
Otra fu erza est{1 situada en la boca-calle Y aguaron y 18 de Julio.
" Ha habido fuertes guerrillas en los puestos avanzados.
«
E l grueso de la fuerza enemiga sigue en el Cerrito.
«
Por momentos ha de haber un fuerte combate.
" Quedamos en la espectativa.
'' Sigue la decision y entusiasmo de las tropas.
" Sigue interrumpida la comunicacion con el interior de la República.
«
En el fuerte no ha habido hoy despacho.
" Asi, pues, ninguna disposicion ha salido á luz.
" Todo
el
mundo está en las trincheras.
" D e consiguiente no hemos podido adquirir ninguna noticia
respecto del
ejército del General Suarez, ni menos creemos que haya venido
ninguna
comunicacion de ese gefe, pues á haber pasado asi,
la hubiera in terceptado
el
enemigo que está
á
las puertas de la capi tal.
" Corre con visos de fun damento que Medina se ha incorporado
con sus
fuerzas á Aparicio."
H asta aqui las r efer en cias de la prensa oficial. Ahora para
termina r con la narracion de est e p rime r sitio á Montevideo de
los r evolucionarios d el 70, que no tuvo otra importan cia que
la demostracion mas evidente d e la impotencia de las huestes
d e Batlle y la audacia de sus e n emigos, vamos á r ela t ar el únic o
episodio sucedido en él digno de contarse.
Las guerrill as r evolucionarias avanzaban hasta cerca de lo •
de Sorcha nt es por el la d o d e la Union y hast a la Figurita en
la dir eccion de la Aguada. Prestaba serv icio el último dia d el
s itio e n la segunda , e l batallon del Coronel Estomba, denomi–
nado «5 de Marzo», asi llam ado en conmemoracion del día de la
invasion d el General Apa ri cio.
Estando t odo tranquilamen t e , se les ocurre al Mayor D. J osé
Brito y
á
los Capitanes D. Lizardo Lecot y D . P edro Llorda,
tres compatriot as qu e hacían gala de d esafi a r el p eli g r o, el ir
á
tomar una
copa
á
un almacen situado cinco 6 seis cuadras
fu era de la Pla za de Frutos de la Aguada, donde á la sazon
sé encontraban nume rosas fu e rzas del Gobierno. Una v ez allí,