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I.ORD l\IACAULAY.
eI contento que le produjo oír esta predicción,
y
us
damas advi rtieron que nada Ja complacia tanto como
hablar de este asunto. Mucho más discretos habría11
andado los católicos si hubieran hablado rlel emua–
razo de la Reina como de cosa IJatnral
y
corriente .
mostrando gTan moderación con tan ine. perada bue–
na fo rtuna. La insolencia con que hacían gala do su
t riun fo excitó Ja indig-,naci6n popular....·u prntliccio-
11es afirmaron aún más al vulgo en , us sospecha .
y
de do Jo Príucipes de Dinamarca ha ta lo mozos de
cordel .v las larnndoras, nadie mencionaba siu burlas
y donaires el prometido in fantn . Los ingenios de
Londres descri bieron el nuevo milag'l'o en poe ías qu .
como ya puede suponerse , no acusaban el g usto más
delicado. Los rudos
Squires
del campo e re!an
á
car–
cajadas cuando encontraban
á
alguno tan
imple que
creye e que aun pudiera la H.eina tener liijos. Al pro–
pio tiempo apareció una proclama ordenando. al clero
la lectu ra de una especie d plegaria
y
acción de g ra–
cias, redactada, con moti vo de tan fou to sur·c o, por
Crewe
y
Sprat. El cloro obede ·ió; mas pudp ob er–
varse que los fie les
!10
re pondían con ns oraciones
ni daban muestras de reverencia. Muy pronto corrió
de mano
~n
mano en los cafés una g rosern
átira
contra los Prelados cortesanos que habían pt;e to su
plumas al servicio del Rey. La madre
East
tu o tam–
bién bastante que . ufrir por u parte.
'on aquel fami ·
liar mono ílabo indicaban nue tros a11tcpasados, de
manera degradante , el nombre de la gra n casa de
Este, que
á
la sazón reinaba en Módena
(1) .
(l) Citters. octubr'3
28
(noviembre
1),
noviembre 22 (diciem–
bre 2). 1681: la l'rincesa Ana
á
la Princesa de Orange, ml\rzo 14
y
'lO.
1651-
; Barilloa. diciembre 1 (ll).
l i>di ;
l!euo/11ctones
potítí–
cas;
la canción
/Jo
Toms
y
W•
.Val;
Jobn tone, abril l, 16&!;
Con–
!mlla secreta
riel
71al'iido catdliro de l r
1
anda,
1690.