67 / 548
REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
53
·' Tyrconnel que Francia prestaría desde luego su
ayuda á la ejecución de tan g ran proyecto (l) . Aun–
que tal vez no se conociesen en el Haya, exactamente
en todas sus partes, estas negociaciones, teníanse allí
vehementes sospechas él.e lo que se trataba, lo cual
debe tenerse en cuenta para juzgar debidamente de
la conrtucta adoptada alg·unos meses después por la
'Princesa de Orange . Los que la acusan de infracción
de los deberes filiales t endrán que admitir que su
falta tiene gTan atenuación en la conducta de su pa–
dre . Si por servir la causa de su religión uo vaciló en
romper los más sagrados vínculos de parentesco, no
J1izo más que seg·uir el ejemplo de su padre. Ella no
ayudó á destronarle sino después que él trató de des–
heredarla.
XXII.
LA REINA EN CINTA. -
INCREDULIDAD GENERAL.
Apenas se había
a11unciado á Bonrepaux que
Luis XIV estaba resuelto á prestar su ayuda
á
la em-
(l) Bonrepaux
á
Seignelay , agosto25 (setiembre 4), 1687. Copia -
r é algunas palabras de este notabilísimo despacho. cJe sqay bien
certainement que l'intention du Roy d'Angleterre est de faire per–
rlre ce ro.vaume (Irlanda) a SGn successeur, et de le fortifier en sorte
-que tous ses sujeta Catholiques y pui ssent avoir un asile assuré.
Son ¡;rojet est de mettre les cboses en cet estat dans le cours de
.cinq aunées.• En las
Consultas ecretas det partido católico de
Ir-–
tanda,
impresas en 169(), hay un pasaje que demuestra cómo no se
Jiabia guaruado absoluto secreto acerca de esta negociación.
•Aunque el Rey lo haya ocultado
á
la mayoría de sus consejeros,
.es, sin embargo, ciE1rto que ha prometido al Rey de Francia dis–
poner de aquel gobierno y dd aquel reino, tan p;:onto lo permita.
éll estado de las cosas.•