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REVOLUCIÓN DE INGLA'TERRA.
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att'everla
á
arrojar de sus casa , en el mismo día, tantos
.respetables eclesiásticos, só lo por haber cumplido lo
que
á
los ojos de toda la nación era un deber sa.grndo'{
Tal vez habría medio de evitar tan terrible dilema,
tal vez el Colegio podría aún rendirse al terror, á.los
halagos
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al soborno.
XV.
PE -N, MEDIADOR ENTRE EL REY Y MAGDALE E COLLEGE.
Acudióse para esto á Ja intervención de Penn. Era
éste de muy buenos sentimientos, para aprobar el
injusto y violento proceder del Gobierno, y aun se
atrevió
á
indicar algo de lo que pensaba. Pe1·0 Jacobo,
como de ordinario, se mostraba obstinado en el error,
de modo que el cortesano cuákcro hubo de emplear
su industria en apartar al Colegio de Ja senda de la
justic ia. Valióse primero del temor. Según él, estaba
amenazado el Colegio de completa ruina. El Rey es ·
taba muy irritado. La i.;osa podía ser g rave, y asl opi·
naban muchas personas. Hasta los niños sabían que
á
S. M. le gustaba hacer las cosas
á
su modo
y
no po–
día llevar en paciencia que se le contradijese. Penn
por tanto , exhortaba
á
los profesores no
á
confiar en Ja
· justicia de su causa, sino
á
someterse
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al menos
á
contemporizar. Tal consejo era en verdad extraño en
boca de quien fuera expulsado de Ja Universidad por
promover un tumulto
á
causa de
l~s
sobrepellices , de
quien había estado
á
punto tle ser desheredado po r
no quererse descubrir ante los Príncipes de la sangre,
y
de quien más de una vez fuera enviado
á
prisión por
predicar en las congregaciones. No consiguió asustav