REVOLUCIÓN DE 1 'GLATERRA.
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cabalgata se pqso en marcha para Glouces'tei:, sa-
liendo á su encuentro, dos millas antes de ll egar á la
ciudad, el Obispo y el clero. En la puerta del Il.1edio–
dia esperaba el Mayor con las llaves de la ciudad. To–
cab'an alegremente las campalfas
y
corrían fue,ntes
de vino cuando el Rey, atravesando las call es, se di .
rigía
á
la cerca que rodea la venerable 'catedral. Alojó
aquella noche en las habitaciónes del Deán , y
á
lama–
ñana siguiente se puso en marcha para Worcester.
De aquí se encaminó á Ludlow, á Sbrewsbury y á
Cbester; en todas partes era recibido con muestras de
alegría y respeto que su débil entendimiento miraba
como pruebas de que el descontento excitado por su
politica había ya desaparecido, y qµe una fácil victo–
rfa coronaría sus e fuerzos. Barillon, más sagaz, anun–
ció á Luis XIV que el Rey de lng'laterra e1•a victima
de una ilusión; que el viaje no había producido nin–
guna ventaja real, y que los mismos caballeros del
Worcestersbire y del Shropshire, que se habían creído
en el deber de recibirá su soberano y hÚésped con
todo honor y res.peto, se mostrarían tan firmes como
antes cuando se tratase de revocar la ley del
Test
(l) .
Uuiéronse en el camino á la regia comitiva dos
cortesanos que en carácter
y
opiniones diferían ra–
dicalmente. Penn estaba en Chester, adonde había
ido siguiendo su visita pastoral. Su popularidad
y
la
autoridad que tenía entre sus hermanos hablan de–
caído grandemente desde que se hiciera instrumento
del Rey
y
de los jesuitas (2). Fué, no obstante, muy
(1) Véase la
Gaceta de Londres
desde 18 de agosto hasta
l.
0
de
sstiembre de 169'1; Barillon, setiembre 19 (29).
(2)
·Peno, chef des Quakers, qu 'on sait étre daos les interets
du Roi d'Angleterre, est si fort décrié pnrmi ceux de son parti
qu'ils n•ont plus aucune confiance en lui. •-Bonrepaux
á
Seigne–
lny, setiem!Jre 12 (22), 168'1. Sirve de confirmac'.ón
á
esto mismo el
TOMO IV.
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