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LORD MAÓAlJLAY•
ron las declaraciones respecto al carácter moral del
{:andidato del Rey, ninguno de los comisarios se atre–
vió
á
declarar que tal hombre pudiera decorosamente
ser puesto
á
la cabeza cie un gran colegio. Obadiah
Walker y los otl'os católicos oxonienses que habían
ido
á
defender la causa.. de su prosélito quedaron con–
fundidos. La Comisión declaró nula la elección de
Hough y suspendió a Fairfax de su empleo; pero ya
nn se mencionó
á
Farmer para nada, y en el mes de
ago::;to se recibió una carta Real recomendando
á
Parker, Obispo de Oxford,
á
los electores .
Parker no era papista declarado, pero le faltaba
una condición que ,. aun cuando la presidencia se
hallara vacante , hubiera sido decisiva para ex–
cluirle: no había pertenecido nunca ni
á
Mag«lalene
Dollege ni
á
New-College. Pero la presidencia no es–
taba vacante: Hough fuera elegido con toda legali–
dad, y todos los miembros d<?l Colegio estaban obli–
gados por juramento
á
mantenerle en su puest0. A
í
pues, haciendo mil protestas de lealtad y sentimien–
to, se excusaron de cumplir el regio mandato.
XII.
EL HOSPITAL DE CHARTERHOU E.
Mientras así Oxford oponía inquebrantable resistep–
cia
á
la tiranía, igual resolución y firmeza encontraba
el Rey en otra parte. Poco antes había ordenado Ja–
cobo á los administradores de Charterhouse, personas
del más alto rango y consideración en el reino, la
orden de admitir á un católico llamado Popham en el
hospital colocado bajo su custodia. El director, llama-