26
LORD MACAULAY.
de
s1~
?'eligión. ¿Qué podéis hacer pa1·a complace1·le en este
punto?»
Smith contestó que si log-raba ser rector tra–
-taría de promover los estudios, el verdadero cristia–
nismo y la lealtad á la Corona..
-nEso
ne
basta,
dijo el
Obispo.-Siendo asi,
replicó Smith animosamente,
que
sea pnsidente quien quiem; yo nada más puedo prorMte?'.»
IX.
ANTONIO FARMER RECOMENDADO PARA RECTOR.
Hablase fijado la elección para el 13 de abril, y los
catedráticos fueron convocados para aquel día. Corría
el rumor que se había recibido una carta del Rey re–
comendando para la vacante á un tal Antonio Far–
mer. Era la vida de este hombre una serie de actos
vergonzosos. Había sido miembro de la Universidad
de Cambridge, y se había librado de la ·expulsión.
g·racias á haberse reti rado á tiempo.
nióse después
á los disidentes, y posteriormente había entrado en
Magdalene College, donde al poco tiem'PO se hizo
notar por todo linaje de vicios. La mayor parte de las
noches entraba en cátedra con inseguro paso, medio
cayéndose, sin poder hablar, á efecto de la embria–
g uez. Hízose célebre por haber capitaneado un des–
honroso tumulto en Abingdou
y
frecuentaba constan–
temente los más conocidos cen tros de libertinaje.
Por último, se habla hecho tercero
y
extremando toda–
v1a la común vileza de su vil oficio, recibía dinero de
jóvenes disolutos por servicios que la historia no deb0
recordar. Este miserable, sin embargo, había tratado
de hacerse papista; su apostasía hizo olvidar todos sus
vicios,
y
aunque todavía era joven, fué elegido para
dirigir una sociedad grave
y
religiosa, donde aun es-
'