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LORD MACAULAY.
III.
TUMULTOS EN LONDRES.
Y así sucedió en Londres. Cuando se acercaba la
noche, que era precisamente de las más largas del
año, de todas las guaridas del vicio, del jardín de osos
de Hockley y del laberinto de tabernas y lupanares
de los Friars, salían millares de ladrones y bandi–
dos, asesinos
y
estafadores. Unianse
á
éstos multi–
tud de ociosos aprendices,
á
quienes sólo gui:tba la
afición al tumulto. Hasta hombres de costumbres pa–
cíficas
y
honradas, dominados de religiosa animosi–
dad, se reunían con la hez
y
escoria de la población;
porque el g rito de ¡abajo el papismo! el cual más de
una vez ha puesto en peligro la existencia de Lon–
dres, era señal de ultraje y de rapiña. Priméro se des–
encadenó la canalla contra los lugares destinados al
cult-0 católico. Los edificios fueron demolidos, y los
be.neos, púlpitos, confesonarios y breviarios, reunidos
en montón y entregados
á
las llamas; una montaña de
libros y muebles ardía en el recinto del convento
de Olerkenwell. En Lincoln's Inn Fields otra pila
fué encendida frente
á
las ruinas del convento Fran–
ciscano. - La capilla de Lime Street y la de Bucklers–
bury fueron derribadas. Lo cuadros, imágenes
y
crucifijos fueron paseados en triunfo por las calles
en medio de antorcha.a arrancadas de los altares. No–
tábase principalmente en la procesión las espadas
y garrotes, en cuyas puntas la multitud había en–
sartado naranjas. La Imprenta Real, de dondo ha–
blan salido en los tres años anteriores innume–
rables tratados en defensa de la supremacía del