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LORD l'llACAULAY.
Ni aun se exigía como ·condición de elegibilidad
que depusiesen las armas. El mismo número de la
Gacet!I.
que anuució que las Cámaras iban á reu·nir–
se, publicaba también la noticia que sir Eduardo
Hales, el cual como papista, renegado, paladín de la
Prerrogativa de Dispensa y cruel carcelero de los
Obispos era uno de los nombres más impopulares del
Reino, había cesado..en el.cargo de góbernador de
la Torre, sucediéndole uno que últimamente era su
prisionero, Bevil Skelton, que, si bien no ocupaba
lugar eminente en lu estimación de sus compatriotas,
no carecía al menos de aptitud legal para el desem–
peño d.e los empleos públicos (1).
LXI.
LA NEGOCIACIÓN, MEDIO DE GANAR TIEMPO.
Pero estas concesiones no teLían más objeto que .
cegar á los Lores y á la nación respecto
á
los verdade–
ros designios del Rey. Había resuelto secretament6'
no ceder un ápice, ni aun en tan g ran apuro. El
mismo día que se publ icaba el decreto de amnistía
explicó
á
Barillon sus intenciones con toda claridad.
"Esta negociaci61i,
decia Jacobo,
es mero fingimiento . .En–
viaré comisarios
á
rai sob1-ino 21ara gana1· tiempo
y
porler
embarcar
á
la Reina
y
al Pdncipe de Gales. Ya conocéis
el estado de mis tr011as
.
S 6lo los Irla11rleses pelearán vor mí,
y
los Irlandeses no basta,n
á
resistir at enertiigo. Un Parla–
'Í'Mnto me imporulAia condicioni:s
qtte
no rtie seria dado so-
(1)
Gaceta de L o1,dre
,
nov . 29, dic. 8, 1688,
Diario
de
Clarendon.
nov.29y30.