REVOLUCIÓN DE .INGLATERRA.
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p01·ta1· . Me veda obligado
á
desltacer cuanto lte hecho por
lo~
cat6ticos
y
á
perdei· mi amistad con el Rey de F1·ancia. Asi,
pues, tan 211·onto como la Reina
y
mi hijo estén en salvo, sal–
d1'é de lnglate1·ra
y
me refugiaré e?i b·landa, en Escocia 6 e11
los Estados de°vuestro amo
(1).
Había hecho ya Jacobo preparativos pf!ra la reali–
zación de este plan. Dover había sido enviado
á
Porst–
mouth con instrucciones para encargarse del Prín–
cipe de Gales, y Dartmouth, que mandaba allí la
escuadra, había r cibido orden de obedecer á Dover
en todas las cosas relativas al regio infante, y de
tener pronto un yatcb tripulado por fieles marine–
ros, dispuesto
á
hacerse
á
la vela para Francia en el
momento que se le avisase (2). El Rey
cm
ió ahora
órdenes positivas para que el niño fuese inmediata–
mente trasladado al puerto más inmediato d 1 conti–
nente (3). Después del Príncipe de Gales, lo que má
inquietaba al Rey era el Gran Sello. ·
1
uestros juris–
consultos han atribuído siempre
á
aquel simbolo de
la autoridad real importancia peculiar y casi miste–
riosa. Dícese que si el Guardaseilos lo fijase sin
li–
cencia del Rey en una ejecutoria de nobleza ó en uu
indulto, aun cuando se haria reo de un gran .delito,
el documento no podría ser puesto en duda por nin–
gún tribunal"de justicia, y sólo podría anul arse por
una ley del Parlamento. Jacobo parece haber temido
que este órgano de su voluntad cayese en manos de
sus enemi gos, quienes de este modo podrían dar va–
lidez legal
á
actos encaminados
á
perjudicarle: y no
parecerán infundados sus temores, teniendo en cuenta
que, precisamente cien años después, se empleó el
(1) Barillon; dic. 1(ll),1688.
(2)
Ja cobo
a
Dartmouht,
nov. 25,
1~88.
Véanse las cartas en Dal–
rymple.
(B)
Jacobo
á
Da·r lmouth,
dic. l . 1688.