R.EVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
25."i
Cburcb
y
á
pcdi·r
á
Dios que mandase un viento pro–
testante (1).
ontribuyó
á
robustecer la opinión geueral un
acont cimiento que, si bien accidental, fué atribuido ,
y
no in funrlame.nto,
á
la perfidia del Rey. Anunció
el Obis¡:-o de Winchester que, en obediencia a! Real
mandato, pensaba repoMr al expulsado claustro de
Magdalene Coll ge. Fijó el
21
de octubre para la ce–
remonia, y el 20 hizo su entrada en Oxford . Toda la
Univei·sidad acudió
á
e pararle. Los oxpul ados profe–
soro hablan venido de toda partos del Reino, deseo–
so de tomar
·PO
e ióu d
u amado e tabl ecimiento.
Tre cientos
gentlemen,
á
caballo,
scoltaron
á
los visi–
tadorc hu ta sus alojamiento ;
6.
su pa o repicaban
la
ampanns;,
y
la calle Mayor estaba llena de una
inmensa.multitud que los aclamaba. Retiró e el Obi -
po
á
do can ar. Al otro dia por la mañana, unfl. alegre
multitud e babia reunido
á.
las puertas de Magdalenc:
pero el Obi po no se presentó,
y
no tardó en aberse
que un _m n ajero real había llegado cuando aún es–
tabfl, n el lo ho, dándole orden de partir inmodiata–
m nto paro. Whitehall. Tan in sperado de eng·aiio
cau ó gTan mara illa
inquietud, pero
á
la poca
hora
m):lozó
á
correr una noticia que, para gentes
di pue ta ,
y
no
in razón,
á
pon, ar lo peor, parecia
explicar completamente el arrepentimiento del Rey.
La armada holande a e babia hecho
á
la mar, y uná
temp
tad la había hecho volver á puerto. El público
rumor xag ró la importancia del de a tre. Decíase
que se hablan ido
á
pique muchos bajeles. y que mi-
(1 )
.vento Papista,. dice Adda, oct. 24. (nov.
SJ.
La expresión de
viento prot.estante
parece haber e aplicado en un principio al
viento que por algún tiempo impidió
tí
Tyrconuel tomar pOS!l–
sión rlel gobierno de lrlandn.
Vense
la primera parte de
Lilli·
b1J/lc1•0.