REVOLUCIÓN DE INGLATERRA .
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P.e él digno antagonista de Guillermo, se mostraba
resueltamente partidario de esta opinión . El prime!'"
objeto del Gobierno francés-así razonaba el hábil
d iplomático-:-debía ser impedir el meditado desem–
barco en Inglaterra. La manera de impedir aquella
expedición era invadir Ja Flandes española y amena–
zar la frontera bátava: Cierto qne el Príncipe de Oran–
g·e mostraba tal empeño en Jlévar adelante su em–
presa favo1·ita., que hubiera persistido, aun cuando la
bandera blanca ondease en los muros de Bruselas.
Recientemente había dicho que si los Españoles con–
siguieran tan solo defender á Ostende, Mons y iamur
hasta la primavera, regresaría él entonce!:; de Inglate–
rra con un \)jército.que recobraría muy pronto cuanto
se hubiese perdido. Pero si bien era ésta la opinión del
Príncipe, no así la de los Estados, los cuales no cons–
sentirían fácilmente en enviar sn Capitán general'
.con Ja flor de su ejército ailende el Océano germáni ·
co, mientras un .enemig·o formidable amenazaba su.
propio territorio
(1) .
XXVIII.
LOS EJÉRCITOS FRANCESES INVADEN LA ALEMANIA.
Comprendió Luis XIV la fuerza de estas razones,
pero había ya resuelto cambiar de conducta. Tal vez.
Íe movió á esta determinación la descortesía é injusta
pertinacia del Gobierno inglés,
y
se dejó llevar de su ·
carácter á expensas de sus intereses. Puede, también ,
atribuirse este extravío á los consejos de su Ministro
(1) Avau x. s_et. 27 (oct. 1), oct, 4 (14), 1688.