LORD MACAULAY.
Apelación de Londres, residente en Old Bailey, bajo
cuyajurLdicci6n caían todos Jos delitos cometidos en
la capital. En ambos tribunales había que luchar con
g randes obstáculos. Herbert, pre idente del Tribunal
del Banco del Rey, no obstante haber sido hasta
aquí tan sumiso, se negaba á llevar más adelante sus
.complacencias, y aun más tenaz oposición debía es–
perarse de sir Juan Holt, quien, en su calidad de
Re–
c01·de1·
de la ciudad de Londres , era presid nte del Tri–
bunal de Old Bailey. Era Holt leg·ista de gran saber
y clara inteligencia, de corazón animoso y recto es–
píritu , y si bien no habla formado nunca en ningún
partido, sus opiniones pollticas tenlan lige ro tinte
de whlguismo. Todos los obstáculos cedieron , sin
embargo, ante la voluntad del Rey. Holt fué desti–
tuido; Herbert y otro j uez fueron separados del Banco
del Rey, y se llamó
á
ocupar los pue. tos vacantes
á
personas cuya adhesión no in piraba recelos al Go–
bierno. Cierto que fué preciso descender mucho entre
los legi tas para encontrar personas dispuestas
á
prestar los servicios que de ellos se exigla. La ig–
norancia del nuevo Ohief Justice, sir Roberto "':'i'right,
era proverbial, y sin embargo, no era éste su peor
defecto. Los vicios le hablan arruinado, había acu–
dido
á
medios infames para ganar dinero,
y
en un a
ocasión había dado un fal so
ar(ida'Oit
que l
valió
quinientas libras esterlinas; pobre, disoluto, perdida
por completo la vergüenza, habíase hecho parásito
de Jeffreys, quien le ayudaba al mismo ti empo que
le cubría de injuria . Tal era el hombr
elegido
por Jacobo para ser lord hief Justice de Inglaterra.
un
tal Ricardo Allibone, má
ignorante aun que
Wright,
y
que por ser católico no podía desempeñar
legalmente ningún empleo, fué nombrado segundo
juez del Tribunal del Banco del Rey. Sir Bartolom ·