REVOLUCIÓN DE lNGLATERRA .
173
quien él babia conocido por ser únicamente un
VIeJO
verde, iliterato
y ·
frívolo, pudiese realmente haber
desempeñado papel importante en una g ran revolú-
'
ción. Sin embarg·o , un observador no tan per;;picaz
como Swift debía saber qllfl hay cierto tacto, se–
mejante
á
un instinto, de que
á
me.o.udo carecen
gTandes oradores y filósofos
y
el cual
á
menudo se
encuentra en personas que juzgadas por su conver–
sación ó sus escritos parecerían rematadamente sim–
ples. Yeu verdad, cuando un hombre posee este tacto
es, en cierto modo, ventajoso para él: carecer de aque–
llas cualidades mas brillantes del talento que ie hu–
bieran hecho objeto de admiración, envidia y temor.
Sidney ol'recia un.notable ejemplo de esta verdad. No
ob taute su apareute ignorancia, incapacidad
y
disi–
pación , comprendía, ó mas bien sentía, con quién era
preciso ser reservado, y con quién sin prelig;ro podía
mostrarse comunicativo. Consecuencia de esto fue
que hiciese
lo
que Mordaunt con toda su vivacidad é
inventiva, ó Burnet con sus múltipl es conocimien–
tos y ftuída elocuencia, no hubi eran podido hacer
nunca (1) .
Con los vctaranos whigs no podía haber dificultad.
Para ellos, apeuas había habido un solo iustante por
espacio de muchos años en el que las públicas ofensas
no hubieran justificado la resistencia. Devonsbire,
á
qui en puede c0u iderarse como suj efc, t,mía ofensas
públicas
y
priv@:das que vengar. Entró en el complot
de todo corazón,
y
respondió de su partido (2).
(1)
Diario
y
correspondencia de Sidne¡¡,
ed ición de Mr. Blec–
no,re;
Memorias de Mac/cay,
con la nota de Swift; Burnet,
i ,
76a.
(l)
Ilurnet,
1,
764; Carta cifrada
á
Guillermo, fechada
á
18 de
j unio,
16oS,
en Dalrymple.