REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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. djspuesto
á
recomendar la sumisión. Juzgaban casi
imposible la oposición general, y el oponerse parcial–
mente sólo traería Ja ruina de algunos individuos sin
traer grandes ventajas á la Iglesia y á Ja nación. Así
opinaban por este tiempo Halifax
y
Nottingham. El
día, en tanto, se acercaba y no se había formado plan
ni resolución alguna (1) .
XXXVI.
PATRIOTISMO DE LOS PROTESTANTES DISIDENTES
DE LO DRES.
En esta coyuntura, los protestantes disidentes de
Londres g·anaron con su comportamiento la eterna
g ratitud del país. Hasta aquí el Gobierno había contado
con ellos, considerándolos como uua parte de sus fuer–
zas. Algunos de sus más activos y exaltados predicado–
r s, corrompidos por las mercedes de la Corte, hablan
publicado circulares en favor de Ja política del Rey.
Otros, irritados por el recuerdo de muchas
y
muy crue–
les injusticias cometidas contra ellos por los miembro
de la Ig lesia anglicana y por la ca a de Estuardo, ba–
tían visto con el placer de Ja venganza al Príncipe
tiránico y á Ja tiránica Iglesia separados por acerba
.enemi tad
y
luchando por conquistarse la ayuda tle
aquello que ante despreciaban
y
perseguían . Pero
este sentimiento, aun siendo tan natural, hablase ya
. ati fecho plenamente. Era llegado el tiempo .en que
ería preciso elegir,
y
los disidentes de Ja
City.
dando
muestra de noble e píritu,
Srl
colocarou al lado de la
(l)
Johnstone, mayo
21,
1688.