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LORD MACAULAY .
cado cientos
y
miles de libras esterlinas,
y
llegó
á
ser
tanta la importancia de Leeds que atrajo la atención
de varios Gobiernos, concediéndole earlos I privile–
gios muni cipales,
y
Crómwell que pudiese procurar
un diputado al Parlamento. No obstante, según rezan
las listas del impuesto de fog·aje, parece ser que lapo–
blación entera del distrito , comprensivo de varios lu–
g ares, no excedía de siet e mil almas bajo el reinado
de Carlos II. En 1841 contaba más de ciento cin–
cuenta mil (1).
xxm.
SREFFIELD.
Al Sur de Leeds y
á
una jornada próximamente de.
distancia, orillas de una dilatada extensión de mato–
rrales, babia un antiguo estado feudal antiquisimo,
estéril entonces y sin cultivo, feraz
y
cultivado aho–
ra, conocido bajo el nombre de Hallamsbire. Abun–
daba el hierro en él,
y
desde mucho tiempo hacia,
los toscos cuchillos que alli se fabricaban se vendian
en todo el reino, siendo tanta su fama, que Geoffroy
Chaucer los mencionó en uno de sus cuentos de Can–
terbury, si bien no parece haber hecho este género
de industria g randes progresos durante los tres siglos
siguientes
á
la época de Cbaucer; lentitud que puede
sin duda explicarse con el hecho de haber estado su–
jeto el comercio todo ese tiempo
á
los reglamentos
que el señor y su tribunal tenian por conveniente
(1) Tho!esby,
Duc"1fua
Leodetui•.
Whitaker,
Loidia and Elme-
16.
Wardel,
Municipal hia:ory o( l/1e borougi. of Leeds.