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LORD MACAULAY.
mientos que tenía en las Provincias Unidas á sueldo
de ellas y que mandó primero el bizarro Ossory. De
éstos, tres procedían de Inglaterra y tres de Escocia;
y
pues se había reservado el derecho de llftmarlos, si
los necesitaba, para defenderse de los enemig·os do–
mésticos ó extranjeros, toda la esperanza de remedio
debía cifrarla en ellos: entretanto, nada le costaban
y
los tenía sujetos á saludable y eficaz disciplina, cosa
que no habría osado imponerles por sí (1).
VI.
LA
llfARINA.
Pero si la suspicaz vig ilancia del Parlamento y de
la Nación hacía imposible al Rey crear
y
sostener·
un ejército permanente formidable, ning ún ·obstáculo
impedía elevar su poder marítimo al más alto punto,
porque así los
?vltigs
como los
torfes
se hallaban siem–
pre dispuestos á votar con _aplauso cuantas medidas
tendiesen al progreso y desarrollo de una fuerza que
con ser la protectora más eficaz de la isla contra los
enemigos extranjeros, era impotente contra las liber–
tades civiles. Y como las victorias más señaladas que
alcanzaron los soldados ingleses y ·que tuvieron, por
(1)
La mayÓr parte de los materiales que me han servido para.
esta relación del ejército regular se bailan en los
Historical Re–
cor ds o( Regi ment•,
publicados de orden de Guillermo
IV,
bajo la
dirección del Ayudante general. Véase también
á
Cbamberlayne,
State o{ Englcmd,
16:!4;
Abddgment o( the·En9li!h llfilita..y Discipli–
ne,
impresa de orden superior. 1685;
Exerci•• of Foot,
impreso de
orden de Sus Majestades, 1690.