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LORD 111ACAULAY.
de los Países Bajos. Al cabo de gTandes vicisitudes
fueron llamados del servicio extranj ero por Carlos II
ambos cuerpos, ingresando en el ejérci to inglés.
Los reg·imientos que forman al presente el segundo
y
cuarto de línea llegaron de Tánger el 1685, trayen–
do consigo hábitos de crueldad
y
de licencia, con–
traídos en las prolongadas luchas que sostuvieron con
los Moros. Alg·unas compañías sueltas de infanterla
se hallaban de g uarnición en Tilbury Fort, en Ply–
mouth, Portsmouth y en otras posiciones·importantes
de la costa.
Un g ran cambio había ido verificándose en el arma
de infantería desa.e los principios del siglo xvu al re–
emplazar poco á poco las picas con los mosquetes; pe·
ro, aun cuando al
fin
del r einado de Carlos II eran
mosqueteros la mayor parte de lo
infantes, que–
daban muchos piqueros en el ejército. Adiestrábanse
tambi én á la sazón los diversos institutos en el ma–
nej o de aquell as armas que constituían la especiali–
dad Lle otros cuerpos,
y
así , los infantes traían espada,
y
los dragones, además del mosquete, un arma cuyo
uso se ha generalizado de pués, llamada entonces
puñal
y
que desde la época de Crómwell se desig·na
en Ing·laten·a con el nombre francés de bayoneta.
No parece, sin embargo, que fuese la bayoneta en
aquel tiempo el terrible
instr~mento
de muerte que
ha llegado
á
ser después, porque la ponlan fija en
la boca del fusil, y durante la batalle. empl eaba la
tropa largo espacio
¡:m
quitarla para hacer fuego y en
calarla para .cargar.
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Al comenzar el año 1685 se componía el ejército re–
g ular de Inglaterra de siete mil infantes y mil sete–
.cientos jinetes
ó
dragones, costando entre unos y
otros doscientas ndventa mil libras al año, esto es,
menos de "la décima parte de lo .que costaba _el de